En 2010, las ilusiones de pertenecer al mundo del rock dan la pauta a Jesús Delgadillo para formar su propia banda. A él se unen algunos compañeros y comienza su travesía interpretando covers. Así se forma Nota Negra, cuyo nombre es sacado de la misma música que mueve su trayecto en la vida. Hasta la fecha el grupo ha lanzado tres discos: Duele saber, Vas a llorar y De lo profundo del corazón (Denver), este último con una vibra muy íntima, pues Delgadillo ha usado retos personales, cuestiones familiares y los dramas que se viven día a día en la periferia de la Ciudad de México como inspiración para sus letras.
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Charlamos con Jesús sobre su música y sus metas.
—Háblanos un poco de la historia del grupo.
Acabamos de cumplir una década de trayectoria. El primer disco que sacamos fue un experimento que nos abrió las puertas, una combinación entre covers y temas propios; en el segundo disco, donde ya teníamos mejor definido lo que queríamos expresar, nuestras canciones adquirieron un rumbo más íntimo. El tercer disco surgió tras una pausa de tres años, ya somos más conocidos en el medio rocanrolero, pero nos agarró la pandemia en medio de la promoción. Ha sido la producción que más se ha complicado.
—¿Cómo van en cuanto a la búsqueda del sonido?
En estos tiempos ya no se ve tanto el rock urbano. Para mí es una evolución del género esto romanticón que traemos. La base de la música continúa siendo rock y las letras se han dirigido a expresar nuestras vivencias, pero también armamos canciones conforme las pide el público.
—Además de lo romántico, ¿qué otros ritmos exploran?
Hemos abordado mucho el amor y el desamor, pero en nuestro último proyecto también hablamos de problemáticas familiares o sociales, ha sido un disco muy personal; con todo en varios de los temas el sonido es muy movido, bailable, con algunos toques de balada.
AMS