Dirigida, escrita e interpretada por Adrián Vázquez, la puesta en escena Wenses y Lala ha conquistado los corazones de miles de personas a lo largo de una década. La historia, la cual se sitúa en una atractiva atemporalidad campirana, nos habla sobre un romance puro que logra surgir a pesar de la orfandad, la narcoviolencia y la inseguridad, situaciones que no parecen detenerse en nuestro país.
Para festejar diez años desde su primer montaje, la obra contará con una nueva temporada; en esta ocasion Sofía Sylwin interpretará a Lala. “Es increíble lo que ha crecido la obra a lo largo de estos diez años, pero cada función sigue siendo un nuevo reto y una nueva oportunidad para conectar con el espectador”, ha comentado Vázquez respecto a su historia, con quien hemos conversado más a fondo sobre la misma:
— ¿Sentiste desde el principio que Wenses y Lala era una obra especial?
No, creo que las cosas que uno escribe terminan siendo muy personales y no siempre se tiene la intención de escribir esas cosas porque le resultan especiales. Wenses y Lala tiene el mismo ánimo que el resto de mis obras. Las escribe uno pensando en contactar de manera escénica con el espectador, pensando en que se vuelva una posibilidad creativa para los compañeros creadores también. Pero no es que haya imaginado la potencia que el recibimiento iba a tener con los espectadores; no. Creo que las obras que uno hace tienen ese ánimo: que son especiales y que son dignas de llevarse a escena. De manera personal, hago teatro porque me conmueve, porque me motiva.
— ¿Qué crees que haya atrapado al público en estos diez años?
Creo que tiene que ver con la historia. Es una historia sencilla; creo que hacemos contacto con nuestros antepasados, con esa gente que ya se nos quedó: nuestros padres, tíos, abuelos, gente que ya nos resulta inaccesible. Regresar a esos principios tan básicos como el amor al lugar de origen, el amor a la palabra. Intentar en este espacio-tiempo de una manera orgánica, honesta. Creo que eso hace que contacte no solo con el público mexicano, sino también extranjero.
— Ya que mencionas la universalidad de la obra, ¿crees que responda a una cuestión de nostalgia de algo que se carece en el mundo de hoy?
En parte sí. En parte tiene que ver eso y la historia, pero el gran mérito de Wenses y Lala creo que es la misma puesta en escena. Cómo están dos seres en el escenario, hablándonos de sí, contándonos de una manera jocosa y divertida. Eso tiene que ver con la puesta en escena, no es una cuestión de la historia ni de la dramaturgia y eso es el gran atractivo que tiene la obra. El cómo dos personas, de manera frontal y rompiendo la cuarta pared, nos hablan de ellos y además nos involucran a todos de manera divertida y amistosa.
Wenses y Lala celebra diez años recorriendo los escenarios nacionales con una corta temporada, hasta el 10 de noviembre, en el Teatro Helénico; las funciones serán los jueves y viernes a las 20:00; sábados a las 19:00; y domingo a las 18:00 horas. El costo del boleto es de 410 pesos (descuentos habituales) y puede adquirirse en taquilla o en la página del Helénico. Se recomienda el uso de cubrebocas.
AMS