El maestro y fotógrafo Miguel Espino continúa con el trabajo comunitario. No sólo en el que se ha enfocado para brindar capacitación a niñas y niños de zonas marginales de Gómez Palacio, sino también al intentar recuperar algunos pasajes sobre familias de origen chino que radicaron en la Comarca Lagunera a principios del siglo pasado y que dejaron raíces vivas, a las cuales él está cercano.
Sobre el Taller de Fotografía que inició con niños avecindados en Chapala y que se fortaleció hasta configurar un Semillero Creativo, dijo que la pandemia y el distanciamiento social hicieron estragos y de un grupo mayor a 45 jóvenes, ahora se trabaja únicamente con nueve, lo que es entendible toda vez que la educación formal aún se mantiene en línea y las familias deben priorizar el tiempo y el internet como un recurso indispensable.
“Tenemos ahora 9 semillas entre 2 niñas y 7 jóvenes, que siguen activas y activos en el Semillero Creativo. Además por estar trabajando presencialmente, la sede de DIF nos ha pedido, siguiendo las normas sanitarias, que las labores se realicen con grupos pequeños. Ahora tenemos inscripciones permanentes pero sí tratamos de mantener el grupo pequeño para mantener las condiciones de salubridad”.
En cuanto al proyecto de memoria sobre el Torreón de principios del siglo XX y la comunidad china, éste llevará por nombre Saudade, palabra que define a la añoranza acompañada por el deseo de zanjar las distancias.
El mismo es elaborado por Espino y su esposa, la maestra Esther Yee, tras ser aceptados en la convocatoria de Miradas al FotoLibro, plataforma que se abrió en coordinación académica en Arte de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
En contexto, dijo que Miradas al FotoLibro en alianza con la máxima casa de estudios de San Luis Potosí promueve la creación, investigación y publicación de fotolibros, nacionales y extranjeros, a participar en su segundo encuentro en línea, actividad realizada con el apoyo de la Secretaría de Cultura Federal a través del Programa de Interacción Cultural y Social (PICS), del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales del FONCA.
“Este proyecto abre un poquito la esperanza sobre lo que he estado realizando porque desde la pandemia, desde que se cerraron las actividades, hemos trabajado actividades virtuales, se han estrechado lazos y también se han ido cerrando oportunidades porque virtualmente no fue sencillo estar soportando la cuestión económica como de actividades de Niñas, Niños y Adolescentes".
“Lo primero que perdimos fue el grupo de niños. Eran 45 y ahorita quedan 9 y se entiende porque las mamás tuvieron que hacerle de maestras, súmale las actividades laborales que ya tenían. También a nosotros se nos multiplicó la chamba porque de dar y preparar la clase tranquilamente, realizamos producciones y nos capacitamos; estuvimos en videoconferencias para diseñar estrategias de trabajo y producir material digital, que fue una gran experiencia porque fue una manera de sobrellevar la tensión que teníamos por la parte de salud y cuidados que se requerían”.
Así pudieron tomar cursos virtuales auspiciados por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, y participar en talleres con perspectiva de género en el marco de la enseñanza de la cultura. También retomaron talleres sobre cultura comunitaria y pedagogía para abordar a las infancias.
“La virtualidad a los docentes nos permitió acercarnos y fue donde se dio esta oportunidad enorme que nos permitió a los dos, Esther Yee como docente de participación infantil, como yo siendo docente de lenguaje artístico, tomar lo que nos gusta, lo que nos llama la atención y lo que nos prepara para el Semillero, no sólo para nosotros”.
Miguel Espino es un destacado profesor que incluso ha dado clases en la Universidad Iberoamericana. Pero en medio de la pandemia, es decir, en el año 2020, retomó un proyecto que inició en el año 2018 en el Programa de Fotografía Contemporánea (PFC).
“El proyecto es respecto a la familia china, que es mi familia política o la familia de Esther. Queremos darle un mejor hilo conductor sobre la investigación que hacemos y que tuvo como consecuencia dos piezas de exposición, una para el final de PFC y otra que no se logró exponer en 2019. Lo retomamos en 2021 y en los primeros cuatro meses hubo cursos muy interesantes que me ampliaron el panorama”.
Así y con el auspicio del Centro de la Imagen tomó un taller con Eden Bernal sobre proyectos documentales multiplataforma, dándose cuenta de que sí era viable hacer el fotolibro que, apuntó, llevará más tiempo de investigación, pero ahora ya tiene la maqueta por lo cual se enfoca en la narrativa fotográfica.
“Afortunadamente fui seleccionado para este Segundo Encuentro de Miradas al FotoLibro, que realiza Celeste Alba quien dirige el proyecto, auspiciado por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y la Secretaría de Cultura federal, entre otros”.
EGO