De las mansiones de Estados Unidos mucho se sabe a través de mitos que las rodean, como en el caso de la que está ubicada en Amityville, que tras el trágico suceso que cobró la vida de los integrantes la familia DeFeo en manos del hermano mayor, las leyendas de espíritus en el recinto acrecentaron.
Debido a los sucesos que han acontecido en la historia de dicho país, ésta no sólo ha sido la única que ha sido señalada por una audiencia que se siente atraída por las rarezas y cosas embrujadas, tal como pasa con la de Sarah Winchester.
La creadora de la mansión
Sarah Lockwood Parde, nacida el 1 de septiembre de 1839 en New Haven, se casó con el exitoso empresario y heredero de Winchester Repeating Arms Company, William Winchester, la arma que supuso varias muertes en Estados Unidos derivadas de las guerras.
La mujer que tras varios años de matrimonio tuvo a una hija, sin embargo, al mes falleció trágicamente a causa de marasmo, una condición causada por una alimentación deficiente en carbohidratos y proteínas.
Pero esto no sería la única muerte que marcaría su vida, pues más adelante su suegro fallecería y un mes después también su esposo tras enfermarse de tuberculosis. Estos acontecimientos trazarían su destino, quedando en soledad.
La mansión y la leyenda
Con una herencia cerca de 20 millones de dólares, la arquitecta comenzó a sentir que la perseguían, fue por ese motivo que recurrió a una médium, quien le dijo que la riqueza heredada estaba maldita por todas las muertes derivadas de las armas Winchester, por lo que le recomendó mudarse a California.
Fue en ese momento que Sarah compró una casa que estaba casi en ruinas en San José, misma que se dedicó a edificar durante 38 años sin parar, el resultado fue una mansión de cuatro plantas(surgida de su propia imaginación) con más de 161 habitaciones, 467 puertas, 47 chimeneas, dos salones de baile, 10.000 paneles de vidrio, seis cocinas, 40 escaleras, 52 tragaluces, dos sótanos e incluso con una ducha de agua caliente, calefacción central y tres ascensores.
Según todo se había realizado con el objetivo de que los espíritus se perdieran y no llegarán a ella fácilmente, por eso la dificultad de acceso, pero otros opinaron que la obra sólo fue un taller para que Winchester pusiera a prueba su destreza artística.
Años antes de fallecer, el 5 de septiembre de 1922, un artículo periodístico titulado El taller de una mujer arquitecto, escrito por Merle H. Gray para el rotativo San Jose Mercury and Herald hablaron sobre la creación de Sarah, coincidiendo que sólo era una mujer explorando su talento y que sin duda sería muy exitosa si se conociera de ella:
"Quizá no sean más de una docena las personas en California que saben que la señora Winchester es una música con un gran talento para la composición. Que es una notable empresaria; que si se conociera su filantropía sería admirada en todo el país; que es una arquitecta con todas las de la ley y conoce las peculiaridades arquitectónicas de todos los países; que su famosa casa de los misterios era un mero taller y su estructura, la mera colección de apuntes que una mujer de una inmensa fortuna tomaba para instruirse a sí misma en la arquitectura de varios países".
Hasta el día de hoy está abierta al público y se necesita de un guía de turista para que los visitantes no se pierdan, ya que podrían ya nunca salir.