“Las ferias del libro son necesarias”: Alejandro Ramírez

Son “un elemento muy importante para la vida cultural del país”, dice el director de la Caniem.

"Vamos a apoyar a las ferias en cualquier formato", dice el director general de la Caniem. (Foto: Fernando Carranza)
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

A finales de julio, la mayoría de los encuentros editoriales y literarios que se desarrollan entre septiembre y noviembre, el trimestre más fuerte para la industria editorial, tenía contemplado un programa de actividades híbrido ante la certeza de que lo digital había llegado para quedarse y de la importancia de recuperar el encuentro cara a cara.

La tercera ola de la pandemia ha vuelto a poner en duda y buena parte de la decisión se ha dejado en manos de las autoridades de salud.

“En la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) vamos a apoyar a las ferias en cualquier formato”, dice su director general, Alejandro Ramírez. “En el caso de ser presenciales, siempre suscribiremos que se hagan bajo las condiciones sanitarias que así lo permiten. La posición de la Caniem es: adelante con las ferias, porque las consideramos un elemento muy importante para la comercialización y para la vida cultural de nuestro país”.

FIL, dos sedes

La Feria Internacional del Libro de Guadalajara ya dio a conocer su intención de contar con un programa híbrido, con dos sedes: no sólo la tradicional Expo Guadalajara, sino también el Centro Cultural Universitario de la Universidad de Guadalajara, a donde se llevarían sobre todo las actividades infantiles.

“Vamos a poder tener un flujo razonable, no los 800 mil a los que estamos acostumbrados a recibir, pero sí tendremos arriba de 300 mil personas que visiten nuestro recinto ferial. La gran mayoría de editoriales nos han confirmado, podemos decir que estamos muy satisfechos con la respuesta que está dando la industria editorial latinoamericana, en particular la mexicana”, comentó el presidente de la FIL Guadalajara, Raúl López Padilla López, durante la presentación del programa de Perú, como país invitado de honor.

Además de estar atentos a las decisiones de la Mesa de Situación de Salud de la Universidad, en la FIL trabajan en aspectos como ensanchar los pasillos para la circulación, por lo cual todavía no pueden hablar de los protocolos, pero sí “vamos a asegurar que cualquier persona tenga la tranquilidad de que se tratará de evitar cualquier tipo de contagio”, en palabras de Marisol Schulz, directora general.

Retos ante la virtualidad

Para la Feria Internacional del Libro de Oaxaca (Filo), hallar la o las sedes más adecuadas fue uno de los desafíos más importantes que debió enfrentar. La virtualidad llegó para quedarse, a decir de Vania Reséndiz, directora del encuentro, es algo que funciona muy bien, pero también hay una necesidad de reactivar las labores presenciales.

“A la que había sido nuestra casa por muchos años, en el caso de la Alameda de León, no podíamos regresar, porque las condiciones de seguridad e higiene las debemos tener mucho más controladas. Al Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca tampoco podemos volver, porque la feria estaba pensada en un formato masivo, con la mayor cantidad de actividades posibles y ahora debemos contextualizar en dónde estamos y a dónde podemos ir”.

Así, se pensó en múltiples sedes. El Museo de Filatelia, el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, la Biblioteca Pública Margarita Maza; librerías de la Proveedora Escolar, además de la Ex Hacienda de San José, en Atzompa o el Centro de las Artes de San Agustín, son algunos de los inmuebles donde se llevarán a cabo las actividades, con la posibilidad de sacar los libros al encuentro con los lectores entre el 14 y el 24 de octubre.

“Definitivamente son necesarias las ferias”, en palabras de Alejandro Ramírez: “aunque encontramos algunas recuperaciones muy discretas en relación con 2020, para el primer semestre del presente año aún estamos muy lejos de lo que fue el 2019. El año pasado no lo podemos considerar como una referencia por lo singular que fue”.

Próximas están la Feria Universitaria del Libro en Pachuca, a realizarse a partir del 27 de agosto y, quizá por su cercanía, la que está definido será exclusivamente digital; el Hay Festival Querétaro contempla una edición híbrida, con el 30 por ciento de su programa con actividades presenciales, sobre todo de escritores mexicanos.

A partir del 17 de septiembre se llevaría a cabo la Feria Internacional del Libro de Coahuila, a desarrollarse también en un esquema híbrido y con un protocolo sanitario que se está trabajando en colaboración con las autoridades de salud.

Contacto directo y oferta en línea

La parte de las ventas ha sido una de las principales preocupaciones en cada una de las ferias. En algunos casos se apuesta por diseñar espacios físicos que permitan el contacto, en otras las intenciones están puestas en la oferta en línea, o por una propuesta híbrida, como en Oaxaca. Claramente, la FIL Guadalajara —a menos de que cambie dramáticamente la situación— abrirá las puertas de la Expo Guadalajara, lo mismo que en la de Coahuila.

De cualquier manera, la Caniem desarrolló una plataforma llamada Libros sin fronteras, definida como una plaza comercial en línea, donde todos los negocios son puntos de venta de editoriales o de librerías y que está a disposición de quien esté interesado.

​PCL

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