La reflexión sobre la violencia sigue permeando el torrente de ideas que corre en la V Bienal Mario Vargas Llosa. Este sábado —tercer día de actividades—, el itinerario convocó a ocho mentes para discurrir al respecto en el Conjunto Santander de Artes Escénicas, en Guadalajara.
“En Iberoamérica nos matamos entre hermanos”, lanzó el escritor Raúl Tola durante la primera mesa del día, titulada La guerra y la guerrilla: Europa y América en el espejo.
Su compatriota Rosa María Palacios, moderadora del encuentro, había preguntado sobre la existencia de literatura latinoamericana relacionada con la guerra. Tola no vaciló para explicar que el tejido histórico de este continente está inevitablemente urdido por esta forma de la violencia “en la que no hay ni vencidos ni vencedores”.
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Sobre vencedores y vencidos también habló la narradora y guionista Giovanna Pollarolo, a quien Palacios le preguntó a qué atribuye la abundancia de novelas contadas desde la perspectiva de las víctimas sobre aquellas que narran la mirada de los victimarios. “Porque los vencedores dejaron un saldo terrible de mal”, respondió, “pero con el paso de los años van a aparecer otras versiones provenientes de otros lados”.
El ensayista y antropólogo colombiano Carlos Granés se sumó a la reflexión evocando la narrativa de Gabriel García Márquez. Recordó que el autor de Cien años de soledad encontró la manera de virar el rumbo de la novela escrita en español gracias a que evitó replicar la literatura de su época. Por el contrario, privilegió el punto de vista “del personaje que se queda escondido en los arbustos, sudando, mientras matan a los demás”.
Granés también equiparó las pretensiones de algunos líderes políticos contemporáneos con las ambiciones literarias de los narradores. “Un novelista ambicioso”, sugirió con cierto aire provocador, “[aspira] a recrear un universo en una novela, a hacer un mundo autónomo que merece la categoría de ‘total’. Los políticos latinoamericanos tienen el mismo vicio que los novelistas: quieren resolver de una vez y para siempre todos los problemas humanos”.
Atento al estímulo de Granés, Raúl Tola añadió que la mecánica social se ha tergiversado en tiempos recientes, pues los políticos, en la actualidad, “funcionan con la lógica de los artistas del pasado, mientras que los artistas ya no son los rebeldes, sino los políticamente correctos”.
Una segunda mesa —en la que participaron la filóloga y editora alemana Michi Strausfeld, el narrador e historiador peruano Fernando Iwasaki y el escritor y traductor guatemalteco David Unger, con la moderación de Álvaro Vargas Llosa— estuvo dedicada a las figuras dictatoriales que han poblado las novelas hispanoamericanas, entre las que destaca El señor Presidente, del Premio Nobel de Literatura guatemalteco Miguel Ángel Asturias —recientemente reeditada por la RAE y la editorial Alfaguara.
Las actividades de la V Bienal Mario Vargas Llosa continuarán hasta el domingo 28 de mayo, cuando conoceremos al ganador del Premio de Novela —al que aspiran Héctor Abad Faciolince, Piedad Bonnett, Brenda Navarro, Cristina Rivera Garza, Juan Tallón y David Toscana— en un evento que se realizará en el Paraninfo Enrique Díaz de León.
También el domingo, Mario Vargas Llosa sostendrá una charla con Marisol Schulz, presidente de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Será a las 12:30 horas en Paraninfo Enrique Díaz de León y se podrá seguir también en la transmisión en directo a través de las redes sociales de la Bienal Mario Vargas Llosa.
hc