Por qué 'Las meninas' de Diego Velázquez es una pintura tan importante

Te contamos los secretos y juegos de miradas que hay detrás de esta obra del periodo barroco que se encuentra en el Museo del Prado, en Madrid.

'Las meninas', de Velázquez. (Cortesía: Museo del Prado)
Ciudad de México /

Diego Velázquez fue un artista español del barroco que nació un 6 de junio de 1599. Es considerado uno de los máximos exponentes de la pintura española.

Durante ese periodo, los artistas solían trabajar para los reyes realizando retratos familiares o paisajes para decorar sus palacios. Tal es el caso de Velázquez, que fue el pintor oficial del rey Felipe IV.

El pintor realizó alrededor de 130 obras durante su vida. Una de las más famosas fue Las meninas. ¿Por qué esta obra se volvió uno de los más famosos del pintor español? ¿Cómo se convirtió en una de las más analizadas en la Historia del Arte? Te contamos los misterios que guarda esta pintura de 1656 que se expone en el Museo del Prado de Madrid.


¿A quién retrata el cuadro?

Las meninas nos muestra un ambiente familiar y cotidiano de la realeza. Originalmente la pintura se llamaba La familia de Felipe IV, aunque curiosamente el rey no aparece como protagonista, pues se encuentra casi imperceptible y escondido.

En cambio, en el centro está la infanta Margarita, hija del rey Felipe IV, quien encargó a Velázquez el retrato. La princesa está posando y mira al frente. Se encuentra rodeada de otros personajes: las damas de honor, conocidas como “meninas”, de cortesanos, de enanos que hacían el trabajo de bufones, entre otros personajes misteriosos.


Personajes que aparecen en Las Meninas

Al centro:

  • Margarita: En el centro del cuadro está la infanta Margarita posando, aparentemente es la figura principal de la obra, pues está posando y la rodean sirvientes.

A la izquierda:

  • María Agustina Sarmiento: dama de honor de la infanta. Está a la izquierda de Margarita, ofreciendo de rodillas una bandeja de comida a la princesa.
  • Diego Velázquez: En segundo plano aparece el mismo pintor del cuadro, algo inusual para el periodo barroco.

A la derecha:

  • Un perrito: En el primer plano está un perro de gran tamaño, que es la el mastín protector de la realeza. Se encuentra echado y dormitando.
  • Doña Isabel de Velasco: La menina está a la derecha de Margarita desde la perspectiva del espectador. Su mirada está dirigida frente al cuadro.
  • María Bárbola y Nicolasito Pertusato: Son enanos que están hasta la derecha del cuadro. Forman parte del grupo de bufones de la corte. Nicolasito molesta al perro con su pie, mientras que María observa también al frente del cuadro.
  • Marcella de Ulloa y el guardadamas: La guarda menor de damas y un mayordomo no identificado conversan en el tercer plano del cuadro.

Al fondo:

  • José Nieto: al fondo del salón, el posentador de la corte se asoma por una puerta por donde entra luz.
  • Felipe IV y Mariana de Austria: de manera casi imperceptible, el rey y su segunda esposa se ven reflejados en un espejo que está al fondo, del lado izquierdo. ¿Son un reflejo que se encontrarían en la posición desde donde el público mira la obra? ¿Velázquez los está pintando en su cuadro?

El pintor que aparece pintando el cuadro

En el periodo barroco, la figura del artista no era tan importante, mucho menos para aparecer en sus propias pinturas. Los reyes y la realeza eran quienes tenían que protagonizar los retratos de dicho periodo. Por eso el hecho de que Diego Velázquez aparezca en la pintura fue algo bastante innovador.

En Las meninas, el pintor aparece en el lado izquierdo del cuadro. Tiene un pincel en su mano y está detenido observando un caballete frente a él. Esto da a entender el trabajo de los retratos como un proceso intelectual y no sólo algo mecánico.

Sin embargo, el juego comienza con la mirada del pintor, pues observa un caballete que no podemos ver qué tiene y, a la vez, la mirada se pierde frente al cuadro: donde nosotros lo observamos.


El espectador se adentra en la pintura

Velázquez, Margarita, una menina, la enana y el posentador voltean al punto desde donde el espectador observaría el cuadro. Hay que recordar que la pintura mide 320.5 x 281.5 cm, por lo que el tamaño de los personajes es bastante realista.

Voltean a ver, pero no sabemos dónde hasta que ocupamos ese espacio. De ahí que uno de los grandes trucos de esta obra sea el de convertir al espectador en un personaje más.

"En el momento en que colocan al espectador en el campo de su visión, los ojos del pintor lo apresan, lo obligan a entrar en el cuadro", escribió Michel Foucault en Las palabras y las cosas.

De esta manera, en Las meninas vemos un cuadro desde el cual, a su vez, nos contempla el propio pintor, pero sólo en la medida en que nos encontramos en el lugar correcto.


El ingenio de Las meninas

Con estos juegos de miradas y perspectivas, la pintura de Diego Velázquez ha sido de las más estudiadas en la Historia del Arte. Una de las posibles explicaciones de por qué se realizó el cuadro de esta manera es que así los reyes podrían formar parte de la obra cada vez que la observaran, aunque no tuviesen tanto protagonismo en el cuadro.

Pero al hacer esto, el pintor también logra formar parte de esta escena, restando importancia al poder de representación que tanto tenía la realeza durante el barroco. A su vez, logra darle lugar a la servidumbre. Hay que recordar que también realizó varios retratos de bufones durante su vida.

Y, sobre todo, Velázquez también logra dar espacio a todo espectador que observe el cuadro, lo convierte en un jugador más de este maravilloso acertijo de miradas.


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