Melómanos y cinéfilos de todo el mundo hacen una reverencia cuando se menciona su nombre. No resulta extraño, pues John Williams ha grabado su nombre con letras de oro en la historia del cine.
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Creador absoluto, su filmografía incluye películas como Star Wars, Tiburón, E.T., Indiana Jones o Jurassic Park —por las que casi todos lo reconocen—. No obstante, su música, al mismo tiempo romántica y exuberante, se ha diseminado en la cultura popular con el vigor que sólo un compositor de su talla es capaz de suscitar.
Considerado el músico más prolífico de la industria fílmica, acumula 50 nominaciones al Oscar —lo que lo convierte en la persona más nominada de la historia— y 59 a los Grammy. Ha ganado cinco premios de la Academia y cuatro Globos de oro.
Imposible hacer un recuento minucioso de todas sus obras dignas de la gloria mediática. Sin embargo, éstas son cinco bandas sonoras que merecen salir del baúl de los recuerdos.
- Stepmom (1998)
Para la película dirigida por Chris Columbus, Williams logró captar una atmósfera atemporal —casi congelada en el tiempo— de un drama familiar con tendencia a la comedia. Ambientada en el invierno, la película logra un estado hipnótico cuando suena la guitarra que Williams colocó encima de una orquesta entera.
- Catch me if you can (2002)
En la película protagonizada por Leonardo DiCaprio y Tom Hanks, Williams exhibe sus cualidades más lúdicas. Durante su juventud, el compositor tuvo numerosas influencias del jazz —de hecho su padre fue baterista del Raymond Scott Quintet—, por lo que no resulta extraño que haya aprovechado los recursos del género para vestir con esos sonidos un drama policiaco.
- Family plot (1976)
Ésa fue la última película de Alfred Hitchcock. Para la música, Williams cambió el estilo épico por uno más bien íntimo, fiel al estilo de Bernard Herrman —compositor que musicalizó casi toda la filmografía de Hitchcock. John Williams cuenta que Harry Garfield, quien por entonces era el ejecutivo musical en jefe de los Estudios Universal, lo recomendó con Hitchcock como un talento emergente (poco tiempo después de que se había consagrado con la música de Tiburón).
- The Adventures of Tintin: Secret of the Unicorn (2011)
Pocos compositores como él son capaces de reinventarse después de varias décadas en la industria. En el soundtrack de Las aventuras de Tintin —otra de las colaboraciones con Spielberg, su colega inseparable— Williams propone un sonido que combina el jazz clásico de las películas de detectives de la primera mitad del siglo XX y los elementos de su repertorio neoclasicista.
- Schindler's List (1993)
Si algo ha caracterizado sus bandas sonoras es el profundo sentido emotivo que le imprime a cada una. La lista de Schindler es, quizá, la más emocional de sus obras. Guiada por las cuatro cuerdas mágicas del violín de Itzhak Perlman, este soundtrack captura, como ningún otro, la sensación de una tragedia universal.
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