Le Carré, el escritor que surgió del espionaje

El autor, que desde la ficción explicó como pocos las tensiones que atravesó el mundo durante la Guerra Fría, falleció a los 89 años.

El novelista con una obra publicada en 2010 y llevada al cine en 2016. Alastair Grant/AP
Editorial Milenio
Londres /

El legendario escritor británico John Le Carré, que se inspiró en sus propias vivencias como espía para crear algunas de las mejores obras de intriga de la literatura en el siglo XX, murió a los 89 años por una neumonía, no relacionada con el covid-19, informaron ayer su familia y su agente, Jonny Geller.

El hombre de cuya imaginación salieron personajes como el agente George Smiley, un icono de la Guerra Fría, falleció en la noche del sábado en el Royal Cornwall Hospital de Truro, en el suroeste de Inglaterra.

Le Carré deja un legado de libros en los que, desde la ficción, explicó como pocos las tensiones que atravesó el mundo durante la Guerra Fría en obras como El espía que surgió del frío o La Casa Rusia.

David John Cornwell, su verdadero nombre, consiguió que la novela de espías trascendiese el género y la elevó a niveles que nunca había conocido.

“Fue un gigante indiscutible de la literatura inglesa. Definió la era de la Guerra Fría y le dijo las verdades al poder sin miedo en las décadas siguientes”, señaló Geller en el comunicado en el que anunció su fallecimiento.

Para el agente, fue El espía que surgió del frío, su tercer libro, el que le convirtió en 1963 en el más famoso escritor de novelas de espionaje.

“Lloramos profundamente su muerte”, dijo en un comunicado la familia de Le Carré, que deja a su mujer, Jane, y cuatro hijos.

A comienzos de la década de 1950, el escritor comenzó a colaborar con los servicios secretos británicos hasta convertirse en miembro del MI5 (la inteligencia interior) en 1958, y dos años más tarde ingresó en el MI6 (espionaje exterior), que lo destinó a Alemania.

En 1964 debió abandonar los servicios tras ser revelada su identidad por el agente doble Kim Philby, tras lo cual decidió consagrarse plenamente a la escritura, que ya había comenzado en su etapa como espía.

Lenguaje cinematográfico

Las novelas de John Le Carré son un material puramente cinematográfico, tanto que ha sido fácil mantener su esencia en el salto a la gran y pequeña pantalla, con excelentes adaptaciones, como El espía que surgió del frío o El jardinero fiel.

Las historias de espías siempre han dado mucho juego en el cine y las de Le Carré se constataron desde el principio como un material prácticamente listo para verse en la pantalla grande.

La primera de las adaptaciones de sus novelas fue la que Martin Ritt realizó en 1965 de El espía que surgió del frío, tan solo dos años después de su publicación.

Su fiel traslación al cine se convirtió inmediatamente en un clásico cinematográfico, apoyado en la soberbia interpretación de Richard Burton, que fue nominado al Oscar por su trabajo.

Un año después, Sidney Lumet, que contaba con James Mason como el agente Smiley y, adaptando su primera novela, Llamada para el muerto, logró el éxito en Reino Unido y optó a cinco premios BAFTA.

La chica del tambor, con Diane Keaton y dirigida por George Roy Hill, se estrenó en 1984 y mantuvo el nivel. Una de las novelas más populares de Le Carré, que volvió a ser adaptada, esta vez para la televisión hace tan solo dos años.

En 1990 le tocó el turno a La Casa Rusia, con Sean Connery y Michelle Pfeiffer y guion de Tom Stoppard, que fue una digna adaptación, aunque ha soportado mal el paso de los años.

Y en 2005 llegó la película más recordada de las basadas en las novelas del escritor británico, El jardinero fiel.

Basada en el libro homónimo publicado en 2001 centrado en las intrigas de la industria farmacéutica, este filme supuso la puesta de largo del brasileño Fernando Meirelles en el cine internacional tras Ciudad de Dios.

Las interpretaciones de Ralph Fiennes y Rachel Weisz , ganadora del Oscar por esta película, el espectacular tratamiento cromático y la bellísima partitura del español Alberto Iglesias, garantizaron la calidad de este filme, que consiguió que, por primera vez, un guion basado en material del escritor optara al Oscar.

“Es posible que con la caída del Telón de Acero los espías hayan perdido fuerza en términos de relato, pero siguen ahí. En el mundo siempre habrá espías”, sostuvo entonces el escritor, para quien la única diferencia es que los espías en la actualidad “no se mueven por ideales sino por dinero”.

Cinco clásicos

Un maestro en el arte de la novela de intriga

1. El espía que surgió del frío

2. El jardinero fiel

3. El topo

4. La gente de Smiley

5. Un hombre decente




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