El número de usuarios potenciales del español ha crecido en 2018 casi 5 millones, hasta llegar a los 577 millones de hispanohablantes, lo que supone 7.6 por ciento de la población mundial.
Así lo refleja el anuario El español en el mundo 2018, presentado ayer en la sede del Instituto Cervantes. El informe del año anterior señalaba que había 572.6 millones de hispanohablantes en el mundo.
En 2050, el peso de la comunidad hispanohablante será del 7.7 por ciento de la población mundial, si bien en 2100 este porcentaje se situará en el 6.6 por ciento, debido fundamentalmente al descenso de la población en los países hispanohablantes.
El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, aludió en su intervención a esta previsible caída del número de hispanohablantes en el futuro por “una bajada de la natalidad, debido al desarrollo económico”.
“Quizás lo que haya que hacer ahora es cambiar la estrategia de competir en el ránking de número de hablantes, y eso que los presidentes de Estados Unidos y Francia están muy preocupados con este tema”, añadió García Montero, quien apuesta por “acentuar los aspectos culturales” del español y “convertirlo en lengua importante para los medios de comunicación y la comunicación internacional y científica”.
“Se trata de abrir un nuevo horizonte cultural (con los países iberoamericanos) y no solo de desarrollo económico”, añadió. Otros de los datos destacados del anuario es que más de 480 millones de personas tienen el español como lengua materna —en 2017 eran 477.6 millones.
Idioma del futuro
Además, el español es la segunda lengua materna del mundo por numero de hablantes y cerca de 22 millones de alumnos —21.8 millones en total—, aunque el anuario detalla que estos datos “apenas reflejan la enseñanza privada”, por lo que se estima que la demanda real es 25 por ciento mayor.
Según el informe, en Estados Unidos el español es el idioma más estudiado en todos los niveles de enseñanza, mientras que en Reino Unido es “percibido como la lengua más importante para el futuro”. En la Unión Europea, Francia, Suecia y Dinamarca destacan especialmente por el estudio del español como lengua extranjera.
A pesar de que la participación de los países hispanohablantes en la producción científica mundial ha experimentado un crecimiento constante desde 1996, el español científico y técnico se encuentra “relegado a un plano secundario” en el ámbito internacional.