La obra de Juan Rulfo no va más allá de las 250 páginas, según la editorial que lo imprima, pero no deja de ofrecer nuevas lecturas a más de seis décadas de su aparición, aun cuando la propuesta del investigador Francisco Carrillo (España, 1977) también pueda verse como la de un curioso detective que sigue una serie de huellas de un personaje inacabable e inabarcable.
“Uno de mis intereses ha sido desmitificar la figura, pensarla como una persona que hacía cosas más allá de escribir; sí creo que, en los últimos años, ha sido una de las facetas más exploradas, precisamente porque el rubro de escritor ha sido muy analizado desde hace 60 años”, asegura el ensayista español, quien desde hace ya casi una década radica en Ciudad de México.
Lecturas infinitas
Su perspectiva se encuentra en el libro Fuera de foco. Cinco derivas por la obra de Juan Rulfo (Dharma Books, 2021), donde va más allá del Rulfo fotógrafo o del que estuvo en el Instituto Nacional Indigenista, pues se dio a la tarea de recuperar “aspectos difusos y difíciles de investigar”.
“Hay un Rulfo que está todavía oculto, aunque es difícil perseguir, porque muchos materiales sobre él no son fáciles de ubicar. Se empezó con su escritura y luego se han abierto los caminos hacia otras facetas: en lo personal me interesaba analizar a alguien que forma su mirada en la fotografía para, a partir de ahí, volcarlo en la literatura, ver cómo esa formación del escritor no pertenecía sólo a claves literarias, sino a claves que tenían que ver con otro tipo de medios, como la foto y el cine”.
El volumen comenzó siendo una tesis de maestría, con un lenguaje dirigido a un lector más especializado, sólo operativo dentro de la academia, pero estaba interesada en abrirse un poco más, lograr que la voz pudiera ser escuchada más allá del ámbito universitario, porque cada “frase de Rulfo es tan poética, tan expresiva, que más que ningún otro autor, merece la pena releerse”.
“Te diría que es un autor para ser muy releído: es una obra de apenas 250 páginas, pero que se expanden de manera casi infinita y esa es la verdadera clave, el verdadero atractivo de su literatura”.
Figura global
Hay ciertos autores de quienes se ha escrito tanto que no parecería que quede un ángulo sin explorar, pero siempre quedan, cualquier lectura puede actualizarse, cuenta Francisco Carrillo: uno puede leer desde el presente y ese presente es único e implica otros modos de acercamiento, una lectura siempre renovada.
“De ahí que sean escritores que nunca se agotan y el lector contemporáneo también encuentra nuevas formas de relacionarse con ellos, de interpretarlos, de sentir que la voz de Rulfo está también interrogando al presente; por eso, me propuse hacer una lectura desde el presente, desde este momento que sí es único y por ahí se puede generar ángulos diferentes a los que se han explorado hasta ahora, sin que sea fácil encontrarlo”.
Desde esa perspectiva, reconoce el ensayista en entrevista, es verdad que ha sido un reto que lo ha perseguido desde el comienzo del proyecto, a través de una serie de herramientas que podrían señalarse como nuevas teorías, nuevas escuelas de pensamiento y de crítica literaria, “con herramientas que, quizás, no se tenían hace 50 años”.
“No es que ahora sean mejores, simplemente son diferentes y tienen el valor de hacernos pensar que ninguna lectura, sobre todo de un autor tan interesante como Rulfo, se agota. Creo que la literatura se basa en eso: en que el lector reconstruya al texto, por eso seguimos leyendo a Shakespeare, a Miguel de Cervantes y seguimos escribiendo de ellos después de 500 años y eso es porque ninguna lectura está cerrada”.
Fuera de foco. Cinco derivas por la obra de Juan Rulfo parte de la posibilidad de volver a leer, porque uno se puede sentir un tanto acomplejado si sólo revisa lo que escribió Carlos Fuentes, Elena Poniatowska o Margo Glantz sobre Juan Rulfo, “pues parecería que no hay nada más por decir, por lo que es indispensable tener cierta humildad ante el hecho de pensar que uno está interviniendo en un campo donde mucha gente, muy interesante y prestigiosa, también ha intervenido”.
“Rulfo es una figura global. Desde México se entiende que Rulfo es un escritor nacional, pero desde cualquier otro lugar también se le lee y se le lee con pasión: es un autor que apela a muchos lectores, en muchos lugares; luego también es un autor de la lengua: la capacidad que tiene de innovar el lenguaje, para que parezca profundamente tradicional, pero al mismo tiempo renueva las formas expresivas, eso impacta en México y fuera de México”, concluye Carrillo.
La perspectiva de los jóvenes
En la actualidad, Francisco Carrillo vive en México, pero a Juan Rulfo lo leyó primero en España, con lo que destaca la capacidad del autor para involucrar a lectores que no necesariamente son mexicanos. A esto suma que pocos, como Rulfo, se leen de una forma tan contemporánea por los autores jóvenes, “quienes vemos en ese Rulfo desértico, violento, que pone en primer plano la falta de futuro… una manera de concebir al México presente. Parecería que esos territorios no han cambiado”.
DAG