El "Chac”, reptil de las profundidades de las siete luminarias de Valle de Santiago

Conoce la historia del ser que pactó con un hombre al que no se volvió a ver jamás

El Chac/ Foto: Especial
Stefany Martínez Yedra
Valle de Santiago /

En Guanajuato existe una leyenda que hace referencia a seres que en la actualidad son muy nombrados y que se les asocia con entidades místicas o sobrenaturales con aspecto de reptil mezclado con una silueta humanoide, los conocemos como “reptilianos”,  y según pobladores de municipio de Valle de Santiago aseguran que un ser con dichas características habita entre sus lagos, por lo que si te metes a alguno de sus ríos o lagos,  “El Chac”, como se refieren a él, te puede llevar a  las profundidades.

Se cuenta que hace muchos años, había un hombre que vivía de la pesca en la comunidad de Valle de Santiago, era un oficio con cual él mantenía a su familia pues la pesca en esta zona se daba de manera muy abundante. Al pasar el tiempo algo comenzó a suceder con los ríos y lagos pues la poca abundancia de peces dejó de abastecer a las familias, por lo que ya no tenían que vender, Juan, día tras día, se levantaba muy temprano para poder conseguir algo de la pesca; sin embargo, cada vez más empeoraba la situación, no tenía éxito y su situación económica estaba en declive.

La esposa del Juan, doña María, comenzó a notar a Juan muy preocupado sin embargo no lo cuestionaba mucho pues ella sabía que la falta de trabajo lo estaba desgastando.

Un día, Juan se levanto más temprano de lo normal, bajo de la montaña donde vivía, cansado, con su caña pescar y muy decidido bajo a al lago más grande de la comunidad con la ambición de poder traer algo a su casa.

Al llegar al lago,  Juan se quedó esperando unos minutos, estaba solo y nervioso pues presentía algo, pero él estaba dispuesto a hacer lo que fuera para conseguir la pesca; pasaron unos minutos más cuando de pronto del lago salió un ser parecido a un lagarto, de textura escamosa, color verdoso y al mismo tiempo con una silueta de humano que lo hacía poder caminar en dos piernas; Juan al ver a tal ente soltó la caña y se quedo pasmado.

El “Chac” y Juan se miraron fijamente; pesé a que Juan estaba temeroso sabía que el Chac lo podía ayudar y le pidió ser el mejor en su oficio y que le diera mucha riqueza. El Chac le dijo que a cambio de darle lo que él pedía, en diez primaveras Juan tendría que ir a las profundidades de los ríos con él, sin dudarlo ni un poco el pescador acepto la oferta.

Ese día y los próximos casi diez años Juan vivió despreocupado por su economía y feliz de ser el mejor pescador del pueblo.

Una noche, antes de que se cumpliera el pacto que había hecho aquella mañana con el Chac, mientras dormía, una serpiente comenzó a rodear su cuerpo lo que provocó que María, su esposa,  despertara y al ver que la serpiente enrollaba el cuerpo de su esposo, asustada gritaba pidiendo auxilio, el reptil simplemente se desvaneció y Juan despertó.

Al día siguiente María acudió a visitar al padre del templo de su comunidad para contarle lo sucedido la noche anterior, el padre le pidió que realizara instrucciones para sacar a la culebra que en realidad era el diablo y según el cura entre rezos y plegarias lograrían sacar al demonio de su casa.

Al llegar la noche María y Juan estaban prevenidos por si volvían a tener la aparición del animal, lo que Juan no recordaba era que esa noche se cumplía el pacto de las 10 primaveras. Al dar la medía noche con mucho miedo se metieron a la cama cuando de pronto vieron entrar por la ventana al Chac quien arrastró a Juan hasta el lago donde hizo el pacto con el reptil.

Juan nunca jamás volvió a ser visto y cuentas los pueblerinos que "El Chac" sale cada primavera a pactar con nuevas víctimas.


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