En la época de la colonia, llegaron a vivir a Guanajuato capital dos hermanos extranjeros, llamados Arturo y Nicolás Karkaman, quienes eran comerciantes en el mercado de la ciudad y derivado de su apellido se les apodó ‘Los Carcamanes’.
Los hermanos alquilaron una casa ubicada en una esquina de la Plazuela San José y a decir de sus vecinos eran unas personas muy pacificas, sin embargo un día uno de los habitantes de la plazuela encontró la puerta abierta de la vivienda que ellos habitaban.
La curiosidad del vecino lo llevó a entrar a la casa, pero su sorpresa fue encontrar a los dos hombres sin vida y con heridas de arma blanca, en un principio se pensó que se trataba de un asalto o un ataque en contra de los hermanos.
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Sin embargo la realidad de lo sucedido fue de lo más trágica, pues tiempo después encontraron el cuerpo de una mujer con el corazón destrozado por heridas de un arma blanca. Esta mujer era novia de Arturo, pero también tenía una relación clandestina con su hermano Nicolás y al darse cuenta, Arturo atacó a su hermano con un cuchillo hasta dejarlo sin vida para después ir a la casa de la mujer y destrozarle el corazón así como ella lo hizo con él.
Al volver a su casa Arturo no podía con tanto sufrimiento que optó por quitarse la vida frente al cuerpo de su hermano. Ahora sus almas viven en pena y se dice que al caer la noche ellos recorren la calle desde su casa con rumbo a la Plazuela San José lamentando su muerte y sufriendo su castigo.