Muchos aseguran que la han visto, otros cuentan como los ha ayudado, sin embargo, hay quienes se mantienen escépticos, lo que es un hecho, es que la historia de Manuelita, una monja que se aparece para ayudar a los pacientes del Hospital Civil Viejo es toda una leyenda.
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Su historia comienza en 1968, Sor Manuela Lozano Mendoza llegó a trabajar uno de los nosocomios más antiguos de todo el país; el Hospital Civil Fray Antonio Alcalde en Guadalajara, ahí se desempeñó con gran dedicación y amor a las labores de enfermería.
Solo dos años después, y gracias a su gran entrega y pasión por ayudar a los demás siempre servicial Manuela se convirtió en jefa de enfermeras de la institución, quienes la conocieron aseguran que siempre era muy linda que atendía a todos con mucha dedicación y en especial cariño a las personas que no tenían familiares, además de acudir todos los sábados a la misa de enfermos en el templo de Belén.
Manuela enfermó de cáncer y en 1994, tras 24 años dedicada en cuerpo y alma a la enfermería en el Hospital Civil, perdió la batalla y murió dejando una gran tristeza entre sus compañeros y conocidos ya que era muy querida.
Tiempo después de la muerte de Manuelita como era conocida, pacientes contaban que, por las noches, una monja muy amable e impecablemente vestida llegaba a sus camas para revisarlos y atenderlos. Muchos aseguraron que hasta habían hablado con ella.
Estas apariciones han sido constantes y en la actualidad aun se comparten estos testimonios, como es el caso de Alberto Romero quien asegura haberla visto cuando cuidaba a su hermana que estaba internada luego de caer de un segundo piso y entrar en coma.
“Nadie le daba esperanzas, ni siquiera los médicos. Una noche llegué yo a cuidarla como a las 10 pm y como a las 2 de la mañana salí a caminar al pasillo, cuando regresé a su cama vi a una monja pegada a un lado de la cama, cuando entré y la vi ella se agachó para salir del cuarto, pasando unos segundos nada más pensé ‘le diré que si reza conmigo por mi hermana’, salí a buscarla al pasillo y ya no la vi, cosa rara porque solo fueron unos segundos”.
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Confundido, Alberto acudió con las enfermeras para preguntarles acerca del paradero de la monja, su respuesta será algo que jamás olvidará.
“Ellas solo se asustaron y me preguntaron que donde la vi, yo les dije que, con mi hermana, ellas preguntaron en qué parte de la cama que, si la vi en su cabecera o en sus pies, les comenté que en la cabecera. Me dijeron –‘tu hermana se va a salvar’- les pregunté por qué y me dijeron; - ‘Aquí se aparece esa monja y muchos la han visto, cuando se aparece en los pies de un paciente es que se va a morir y si se le aparece en la cabecera es que se salvara’-”.
Escéptico y a la vez con algo de esperanza Alberto no daba crédito a lo ocurrido, sin embargo, al pasar los días, su hermana milagrosamente se recuperó.
“No podía creer yo lo que había pasado, pero así fue, efectivamente mi hermana salió del coma y a los 15 días la dieron de alta, cabe mencionar que yo sentí la presencia de esa monja como de mucha paz, y no creía yo en esas cosas, ahora pienso algo distinto, mi hermana es un claro ejemplo de que esa monja existe y de que la vi a unos centímetros de mí”, finalizó.
Como la historia de Alberto hay muchas más, testimonios de personas, entre pacientes, familiares y mismos trabajadores del hospital quienes además le guardan un respeto y le tienen mucha Fe a esta monja que amablemente los cuida.
MC