Cuando Ximena Pérez Grobet entró al Center for Books Arts, en Nueva York, se sintió en casa. “Me reconocí”, cuenta en entrevista. Recorrió un largo camino antes de tener la certeza de su vocación: quería hacer libros de artista. Pero de alguna manera, esa sensación siempre había estado presente. Desde que era niña, estuvo expuesta al proceso de crear un libro; en ese entonces, uno tradicional. En su escuela primaria había una imprenta con tipos móviles: “cada niño montaba su propio texto del Día de las Madres, o lo que fuera, y lo imprimíamos. Me doy cuenta de que (aquellas) son las semillas de lo que ahora hago”.
Hoy, Pérez Grobet lleva 28 años en el mundo del libro de artista. Su proceso parte de una reflexión, de una preocupación o de una necesidad, y a partir de esos detonantes desarrolla una idea para transformarla en un libro-objeto con un lenguaje personal.
- Te recomendamos Murió Marta Palau, escultora, pintora y tejedora Cultura
En ese tránsito intervienen varios factores que alteran la obra. Mientras que la idea inicial, el formato y los materiales avanzan en paralelo, el objeto final suele ser diferente a como lo imaginó al inicio: “cada paso que doy en uno de estos frentes me va dando respuestas a las preguntas que voy haciendo y, a partir de ahí, es como voy conformándolo. Si decido usar una técnica u otra, no sé qué es lo que me va a decir; estoy muy abierta a cómo cada necesidad y cada respuesta me ayudan a ir tomando decisiones, a ir evolucionando en el desarrollo del proyecto hasta el producto final”.
Ximena Pérez Grobet estudió Diseño Industrial en la Universidad Nacional Autónoma de México. Más tarde, complementó sus estudios en la Parsons School of Design, la School of Visual Arts y el Center for Book Arts. Para crear su lenguaje, también ha recurrido a actividades que ha disfrutado desde la infancia, como tejer, una técnica que utilizó para hacer un libro de artista de la novela Finnegans Wake, de James Joyce: “he recurrido a todo aquello que me inspira y me gusta hacer con las manos”.
La artista gráfica define al libro como un contenedor de información. Pero en un libro de artista, explica, “el contenedor y el contenido tienen el mismo valor, la misma fuerza, el mismo amor, atención y desarrollo de la idea. En mis libros, la lectura es plástica: puedes leer dibujos y dibujar letras. Lo que intento es salir de la literalidad, no solo de los libros, también de las cosas. Mi elemento de trabajo es la lectura, en toda mi obra la lectura como base es fundamental, pero es plástica, material, física. Es darte la posibilidad de que hay millones de lecturas”.
En la exposición Adsum. Libros de artista, la creadora presenta una selección de 20 piezas que muestran su forma de trabajo. Diecisiete de ellas se encuentran desplegadas en las paredes. De esta forma, explica, se forma una relación con el espacio que permite una lectura abierta de los libros. En la muestra también se puede ver una reproducción a escala de una instalación de uno de sus libros en donde se expone su proceso de producción y un libro conformado por una serie de láminas suspendidas en el espacio.
Adsum. Libros de artista se inaugura el 13 de agosto en la Galería 526 del Seminario de Cultura Mexicana, ubicado en Masaryk 526. La exposición estará abierta de martes a domingo hasta el 25 de septiembre. La entrada es libre.
PCL