Héctor García Sánchez: “A Héctor García le gustaba retratar la vida pero también la muerte”

El hijo del fotógrafo platica con MILENIO sobre la obra de su padre y de 'Odisea citadina', un nuevo libro que reúne alrededor de 150 imágenes de Ciudad de México como protagonista.

El fotógrafo dejó testimonio del paso de la ciudad a una urbe moderna llena de contradicciones. (Foto: Héctor García)
Ciudad de México /

Héctor García fue un fotógrafo independiente, no salía de su casa sin una cámara, mi abuela le decía pata de perro. Le gustaba retratar la ciudad y la vida pero también la muerte”, dijo a MILENIO Héctor García Sánchez, hijo del reconocido fotógrafo mexicano.

Se presentó el fotolibro Héctor García. Odisea citadina, publicado por el Centro de la Imagen en colaboración con la Fundación María y Héctor García.

García (1923-2012) fue un niño de la calle, vivió en el barrio de la Candelaria de los Patos y trabajó en muchos oficios hasta que se convirtió en fotógrafo por azares del destino.

“Él trabajaba en Estados Unidos en la instalación de vías del tren y un día hubo un accidente. Él sacó una camarita y tomó unas fotos pero no le salieron, así que regresando a México estudió fotografía y se convirtió en fotógrafo, incluso fundó su propia agencia llamada Foto Press, pero también viajó por el mundo, trabajó con presidentes, hizo muchas cosas”.

García Sánchez aseguró que la protagonista del libro es Ciudad de México, la que su padre recorrió a pie por muchos años; capturó el periodo llamado “el milagro mexicano” y así dejó testimonio del paso de la ciudad a una urbe moderna llena de contradicciones.

Sobreviviendo a la modernidad

“El libro se divide en cuatro momentos clave: la vida cotidiana y sus habitantes; la semana ardiente de 1958 con las protestas del movimiento vallejista; la intervención de El Caballito, él vivía muy cerca y registró todo lo que sucedió, además, claro, de la vida nocturna en los burlesques”.

En el libro se muestran algunas imágenes de ¡Ojo! Una revista que ve, la cual Héctor lanzó con las fotos del movimiento ferrocarrilero de 1958–1959 porque ningún medio de comunicación quiso publicarlas. Después sufrió censura por parte del gobierno en aquel entonces. De hecho, en el libro se incluye una edición facsimilar de la mítica revista.

Héctor García retrataba a la gente que sobrevivía a los ejes viales, la construcción de los edificios y a la modernidad de Ciudad de México que cambiaba rápidamente,

“Podemos ver la ciudad de día, de noche, los oficios, las vedettes. Es un documento histórico plástico de toda esa época y la gente puede conocer y reconocer una época que no vivió en diferentes épocas y momentos, porque mi papá amaba la fotografía. No había momento que no registrara con su cámara: desayunos, comidas, fiestas, la vida diaria, todo y siempre lo hacía con respeto”.

La punta del iceberg

La presentación de Héctor García. Odisea citadina se realizó en la Fundación María y Héctor García, dueña y custodia de este material y donde se exhiben varias de sus icónicas fotos y algunos objetos personales.

En su intervención, la investigadora Laura González, quien fue parte importante del proyecto, opinó: “El libro es tan solo la punta de iceberg para descubrir que hay debajo de él que, más que un catálogo, es la huella de un archivo, de un glaciar donde hicimos la digitalización de una gran cantidad de fotos. Fue un trabajo de un equipo grande. Hay muchos libros de Héctor García, pero en este quisimos visualizar nuevas lecturas de un archivo, es un puente entre el pasado y el presente”.

Para el fotógrafo Héctor García la ciudad era un territorio, sede de una vida y tensión sociales. Una época en la que, por ejemplo, los policías eran queridos y respetados. También registró la construcción de nuevos edificios y lugares, como Ciudad Universitaria o Tlatelolco.

Héctor García. Odisea citadina cuenta con alrededor de 150 fotografías y se realizó un tiraje de sólo mil ejemplares; se espera que en algún momento pueda estar a disposición del público en la web.

El acervo con las joyas de Héctor García (que se calcula rebasa el millón de negativos) es custodiado por María García, fotógrafa y viuda del artista, y su hijo.

“No ha sido sencillo, es un acervo que necesita mucho cuidado y un lugar en especial, pero seguimos buscando recursos. Son negativos muy valiosos y no están del todo catalogados. Mi papá tenía un ojo muy desarrollado que forjó por todas sus vivencias”, finalizó Héctor García Sánchez, quien como su padre también es un incansable fotoperiodista que no deja su cámara.

El libro Héctor García. Odisea citadina es, de alguna manera, el cierre de todas las exposiciones que se realizaron durante 2023 por el centenario del natalicio del “fotógrafo de la ciudad”, como lo bautizó Carlos Monsiváis.

PCL

  • Vicente Gutiérrez
  • vicente.gutierrez@milenio.com
  • Periodista desde hace 25 años y especialista en temas culturales, la industria del entretenimiento y cinematográfica. Por su experiencia y conocimiento, también ha participado en temas de política y de negocios. Es reportero de cultura en Milenio y locutor en “La Taquilla”, programa de Radio Fórmula 104.1 FM.

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