Aquello que no se saca, se convierte en un fantasma: Rodrigo Gonzales

El libro Tiempos de fuego es un testimonio de una época de casas de seguridad, refugios temporales y reductos estudiantiles que el escritor mantuvo en su cabeza a lo largo de casi 50 años.

Detalle de la portada del libro 'Tiempos de fuego', editado por el Fondo de Cultura Económica. (Foto: Especial)
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

Esta es la historia de dos parejas de jóvenes veinteañeros: la más joven rondaba los 20 años, el mayor 24. Los cuatro unidos por el sueño del cambio, sin la experiencia para propiciarlo, lo cual no significa que los peligros hayan desaparecido con el paso de los años, como lo recuerda Rodrigo Gonzales, uno de los participantes de los movimientos sociales de las últimas décadas del siglo XX.

“Esta experiencia no se escribió de inmediato. Tiene casi 50 años, pero no había condiciones para escribirla, mucho menos para publicarla de inmediato, me tuve que esperar, con lo cual la novela creo que salió ganando: no la podía publicar por razones de seguridad personal, porque mientras existiera la Dirección Federal de Seguridad era casi un suicidio hablar de este tipo de experiencias”.

Tiempos de fuego (FCE, 2021) es el título de la novela de la que habla Rodrigo Gonzales (Sinaloa, 1947), un testimonio de una época de casas de seguridad, refugios temporales, reductos estudiantiles, que mantuvo en su cabeza a lo largo de los años, hasta que sintió había condiciones para escribirla, si bien primero “la hice circular entre algunas personas que conozco para ver si funcionaba como novela”.

“Quería quitarle al texto el estigma de ser un testimonio, de modo que tomé los hechos reales y le di un tratamiento literario: esta historia parte del hecho de que somos cuatro amigos, hubiera sido muy poco táctico de nuestra parte divulgar en aquel tiempo mientras estuvieran los mismos organismos y las mismas personas al frente de ellos, por ejemplo, Miguel Nassar Haro, que estuvo hasta que la DFS desapareció y era un hombre muy peligroso”.

Ahora, Rodrigo Gonzales espera que buena parte de las acciones de hace 50 años se vean si no plenamente cumplidas, por lo menos retomadas o consideradas por los actuales y futuros gobernantes del país, “uno sueña con condiciones históricas y sociales distintas”.

“Aquello que no se saca, sea oralmente o por escrito, se convierte en un fantasma, en una herida que te hace sangrar durante mucho tiempo: y este fantasma recurrente se hace presente en los sueños, en otras creaciones; la historia se inmiscuía en todas partes y no era buena idea seguir incubándola, porque cuando se exagera se pudre dentro y echa a perder todo”.

Con Tiempos de fuego, el escritor espera haber contribuido, aunque sea en algo, para que ciertas cosas desaparezcan, que no sean iguales a lo vivido en el pasado, a sabiendas que es muy difícil que los sueños se cumplan, que el gobierno retome todas esas utopías.

“Esos sueños, esas pulsiones elementales que nos agobian y que, seguramente, están agobiando a muchos jóvenes ahora: esos jóvenes ya pintarán, ya publicarán, ya compondrán música o harán algo con todo eso”.

PCL

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