La primera vez que Linda Vallejo pensó en el color de su piel tenía 13 años. Fue en Alabama, aún en los tiempos de la segregación, cuando se percató de que su piel no era blanca o negra... era "marrón". Fue una dura experiencia que marcó "la fundación" del trabajo de esta artista chicana de 68 años, que interviene elementos de una cultura popular donde lo caucásico predomina.
"Me tomó mucho tiempo poder expresar mi latinismo", dice la creadora, que es la tercera generación de su familia nacida en Estados Unidos.
Vallejo exhibe su trabajo Brown Belongings (Pertenencia marrón) en un centro cultural ubicado en el centro Los Ángeles, justo frente a una plaza y un bazar de estilo mexicano.
Su obra incluye figuras de los personajes de Disney, de George Washington, la Estatua de la Libertad y hasta una réplica de la Mona Lisa: todos intervenidos con el marrón con el que identifica su tez.
Fotos intervenidas de Jennifer Lawrence, renombrada por la artista como Juanita Lorenzo, o Audrey Hepburn, como Aurora Hernandez, también forman parte de la exhibición. Las hizo para cuestionar la falta de latinos durante la polémica de los #OscarsSoWhite.
"Imagina qué sería el mundo si Elvis Presley fuera mexicano", resalta con una sonrisa junto a un busto intervenido de El Rey.
"Todo el mundo escucharía música latina de una forma distinta a como se hace hoy", dice.
El proceso creativo de Vallejo comienza en tiendas de antigüedades o de cosas usadas, en donde busca objetos que pueda intervenir con su pincel con pintura marrón.
Es un proceso de "deconstrucción y construcción del objeto" con el "objetivo de hacer una declaración cultural".
Y su mensaje es uno: capturar la atención del espectador para abrir un debate.
"Es una broma para abrir una conversación", indica. "¿Qué es lo que la obra de arte en sí misma te está pidiendo que preguntes? ¿Por qué tenemos que hablar de ser marrón (moreno)? ¿Importa serlo? ¿Cuál es la experiencia de ser moreno?".
Es un debate que cabe en el actual panorama político, cuando el presidente Donald Trump impulsa políticas antimigrantes que afectan especialmente a los latinos.
"El gobierno estadunidense ha ignorado el tema marrón, latino, por décadas", señala viendo una obra que tiene a varios presidentes como Bill Clinton, Richard Nixon y Ronald Reagan con el rostro más oscuro.
La población hispana en Estados Unidos se acerca a los 58 millones, la mayoría ciudadanos estadunidenses como Vallejo, que consideró que "como el presidente Trump es tan verbal, mediático (...) se enfocó con tanta fuerza en estos temas que no fue posible colocarlos bajo el tapete".
"No sabríamos de la realidad en la frontera, de la separación de familias...", indica.
Más rápido
Con ojos brillantes, observa uno de sus trabajos: una publicidad de maní en la que una familia está haciendo un picnic.
Sus rostros y cabello son oscuros, aunque en la pieza original eran rubios.
"Yo vivía así, así era el jardín de mi casa", dice. "Crecí en un hogar estadunidense con padres morenos, que celebrábamos el 4 de julio con perros calientes y hamburguesas", como cualquier otro.
El padre de Vallejo, que nació en el East LA, un barrio predominantemente latino de Los Ángeles, servía en las Fuerzas Armadas. Fue así como terminaron en el sureño estado de Alabama.
"Desafortunadamente viví ahí cuando los baños eran segregados, los buses, los bebederos de agua, los salones en las escuelas, todo. Me daba pavor ir al sanitario de los blancos, ¿qué me podía pasar? Y si iba al de los negros, lo mismo. Fue una época de mucho miedo que se convirtió en la fundación de estas conversaciones".
Y con "mucha pintura marrón" ha tratado de añadir preguntas a este debate racial que, asegura convencida, ha evolucionado mucho.
"Desearía que fuéramos más rápido", dice. Pero "creo que Estados Unidos es tal vez una de las comunidades más multiculturales e integradas del mundo".
lar