Rodrigo Ruy Arias regresa a la ficción con Oficio de brujas

Los catorce relatos del libro de cuentos Oficio de brujas de Rodrigo Ruy Arias publicado durante la pandemia es una mirada al arte como un oficio mágico

Rodrigo Arias es columnista de Milenio Jalisco. (Gustavo Rodríguez)
Gustavo Rodríguez
Guadalajara /

Rodrigo Ruy Arias, músico, maestro y periodista, es además columnista en Milenio, y ahora vuelve a la literatura con Oficio de brujas, un libro de catorce cuentos en los que explora el arte, visto con un oficio o como una forma de la magia que transforma la realidad.

“Es un libro desde diferentes perspectivas aborda el arte, en algunas veces son pintores o músicos o fotógrafos incluso. Le quise dar ese giro porque estoy inmerso en el mundo del arte y los personajes los he tomado de la realidad, pero los he ficcionalizado en espacios inventados”, explicó el autor acerca del propósito de su libro.

Sobre el título, el autor comentó que los cuentos son sobre brujas o cuestiones mágicas, y “elegí Oficio de Brujas porque es una forma de referirme al arte, porque allí está la magia, encerrada en el mundo del arte”.

El escritor recordó su paso a la ficción cuando “en los setenta hubo una agrupación que traía música contemporánea cuando en Guadalajara no se hacía, la agrupación se llamaba Sonido 20. Siempre me ha llamado la atención, lo he investigado, los conozco, algunos son mis amigos, incluso había una pintora: Marta Pacheco. Ese fue el punto de partida para comenzar a inventar los cuentos. Luego fueron saliendo otros textos en los que ellos no son los protagonistas, cada una de sus historias es muy interesantes, por ejemplo, el actual jefe del Departamento de Música de la Universidad estuvo en París y muchas veces me contaba anécdotas de su estancia; el músico Antonio Navarro es compositor y también me ha contado historias interesantes. Es parte del material que me sirvió como punto de partida, no son directamente sus anécdotas, más bien son cosas que imaginé al escucharlos”.

Sobre su técnica, al autor le gusta usar un estilo directo, sin perderse en descripciones innecesarias, lo que le da dinamicidad al texto, casi con una técnica periodística, “también me sirven como un desahogo, para dar salida a los pensamientos que la música genera en mi mente”.

Las temáticas recorren “elementos históricos que han sucedido en Jalisco, hablo de Herminio Hernández, uno de los más grandes compositores de Jalisco, que fue mi maestro, los escenarios son locales como la antigua Sala Juárez que se encontraba en la Escuela de Música de Pedro Moreno, que ya no está. Aparece un personaje que compone un réquiem como Mozart, pero para guitarra. Me gusta mucho la ficción, imaginar cosas que no son posibles, el arte es una forma de crear.

“No es la primera vez que escribo ficción. Estudié letras, y en realidad la primera obra que yo publiqué fue una novela corta llamada Canciones para sirenas parasitarias, que hace tiempo la había extraviado y un amigo, Amado Pérez, la rescató de un chip de teléfono. Aproveché que el editor de este libro, el maestro Iván, me enseñó una portada que alguien no había querido, pero a mí me gustó. Mi segundo libro fue un libro de cuentos Pavana para un difunto viviente, allí todos los temas son de música. En Oficio de brujas, que es mi tercer libro, me acerco al arte, pero desde otros puntos de vista”.

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