Alejandro Magallanes. Entre palabras e imágenes

Revista M

Exploramos la fascinante trayectoria del diseñador e ilustrador mexicano, cuyas contribuciones han catapultado el diseño en el mundo editorial y están dejando huella

Alejandro Magallanes. / Fotografía: Sarah Gore Reeves
Sarah Gore Reeves y Lorena Domínguez
Ciudad de México /

Graduado en diseño gráfico por la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Autónoma de México, sus creaciones han recibido reconocimientos y adornado publicaciones galardonadas, exhibiéndose internacionalmente. Ganador de la medalla Józef Mroszczak y del Golden Bee Award, Magallanes ha colaborado con instituciones sociales, dejando su huella en distintos proyectos culturales.

Además, su asociación con la editorial Almadía ha catapultado el diseño editorial mexicano al escenario global.

Con un estilo que sigue evolucionando, Magallanes refleja su juego creativo, en el que la concentración y la estrategia definen su proceso. Reconocido por sus ilustraciones en contextos culturales, explora la profundidad del lenguaje visual y su capacidad para provocar pensamientos y emociones. Es un creador apasionado que construye un legado basado en la intersección entre palabras y formas cautivadoras.

En conversación con el artista visual, nos sumergimos en el tejido de su creatividad; desde la evolución de su estilo artístico, que compara ingeniosamente con un “sillón cómodo que requiere movimiento”, hasta la intrincada conexión entre imágenes y palabras en sus obras.


¿Cómo nacen tus ideas y cómo las desarrollas hasta convertirlas en una obra completa?

Veo mi proceso de creación como lo que ocurre durante un juego o partido, y la obra terminada es el resultado del marcador. El proceso es ese espacio en el que investigamos, nos equivocamos, nos sorprendemos, nos frustramos; es donde aprendemos de nosotros mismos.

Tus obras combinan elementos visuales y literarios, ¿cómo decides qué mensaje y qué medios utilizar para expresarlo?

Cada proyecto te va guiando y retando de diversas maneras. Siempre trato de imaginarme cómo reaccionaría otra persona a mi obra, de tal forma que emocione, haga pensar, dé risa, incomode, sorprenda o guste.

¿Cómo describes tu estilo artístico y cómo ha evolucionado a lo largo de tu carrera?

Creo que el estilo debe ser más de profundidad que de apariencia. Para explicarlo me gusta usar una metáfora: el estilo es un sillón cómodo en el que se está muy bien, pero después de un tiempo, si no te levantas a caminar, te entumes. Lo relaciono a la forma en que uno ve la vida: con humor, con curiosidad, dramática, ligeramente intuitiva o racional. La mezcla de todas estas experiencias forma el estilo.

Tus ilustraciones han sido utilizadas en libros, carteles y portadas de revistas, ¿cómo seleccionas cada proyecto?

La mayoría de mis trabajos los desarrollo en el ámbito cultural. Me entusiasma casi todo. Creo que muchas de las personas que nos dedicamos a compartir lo visual somos como los niños que quieren enseñar sus dibujos a sus padres. Siempre me he sentido afortunado de que existan personas que me confíen sus proyectos, y que así muchas personas disfruten de ellos.

¿Cómo abordas la relación entre la palabra escrita y la imagen en tus proyectos editoriales?

El trabajo editorial tiene muchas variantes. He pensado que las obras literarias son como partituras que yo interpreto. Por supuesto, en este proceso intervienen muchos otros factores, y el principal, sin duda, es la lectura. Recientemente, la editorial Almadía publicó mi cuarto libro. Es una colección de poesía que lleva por nombre X, Y y Z. En este caso lo escribí, dibujé y diseñé.

¿Hay algún artista, movimiento o periodo histórico que haya influido significativamente en tu trabajo?

La verdad es que todo influye. Dentro de la historia hay mucho que me emociona: desde la prehistoria y los dibujos en cuevas hasta el arte actual. La última serie de cuadros al óleo que pinté hace referencia a artistas con los que dialogo, ironizo, homenajeo y que han dejado una gran impronta en mi forma de ver. Se exhibieron en la Galería Le Laboratoire en Ciudad de México, y existe una publicación de Vestalia Ediciones que se llama No era yo pero me parezco / Era yo pero no me parezco en la que ahondo sobre las relaciones entre dichos artistas, movimientos y épocas.

¿Cuál consideras que es el papel del arte en la reflexión y el cuestionamiento de la sociedad?

Podemos participar como ciudadanos desde cualquiera que sea nuestra profesión y manifestar lo que pensamos. Siempre es importante el medio, el lugar y la pertinencia con la que se expresa. En el caso de la imagen, creo que su pertinencia tiene que ver con la rapidez y la difusión. Me he dado cuenta de que en los proyectos en los que he participado vale más una imagen pertinente que una perfecta.

¿Hay algún lugar al que te gustaría llevar tu arte que aún no hayas explorado por completo?

No he explorado nada por completo. Tengo mucha curiosidad. 


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Fotografía: Sarah Gore Reeves con iPhone 15 Pro Max

Joyería: TIFFANY & CO. Total Look: HERMÈS


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