En ciertos momentos hay pudor, son demasiadas las miradas puestas sobre ellos: la cama de un hotel —no precisamente de paso— se convirtió en el escenario para jugar con la temática de una novela que empezó como un divertimento, la escritura no la historia, en la que Beatriz Rivas y Federico Traeger se dieron a la tarea de escribir una novela a cuatro manos - se habían encontrado en un taller literario, pero lo hicieron a larga distancia, quizá por ello tardaron alrededor de un año para terminarla.
Su título es Amores adúlteros, cuyo primer tomo se publicó hace una década y cinco años más tarde apareció un segundo volumen; ahora, ambos están reunidos en una edición de aniversario, en gran parte porque desde su aparición “se ha venido reeditando, ha tenido nuevos lectores, ha sido una historia que, por alguna razón, tiene cierto atractivo que hace que se siga leyendo”, explica Traeger, quizás el más cómodo en esa habitación del Hotel Quinto Elemento, donde Alfaguara decidió realizar la conferencia del lanzamiento de la edición conmemorativa.
“Es un libro que más que lectores, tiene coautores: es de esas obras que te involucran como lector y a la que le pones de tu cosecha. Los protagonistas están dibujados de tal manera que apenas están semblanteados, no tienen nombre, no tienen una descripción física, ni una edad específica, pueden ser como cada quien se los imagine y son fáciles como para meterse dentro de sus zapatos y de su piel, y vivir uno sus propias fantasías, sus propios dilemas, sus propios cuestionamientos”.
Si bien diez años parecen muy poco, a decir de Beatriz Rivas, en la realidad son muchos, lo que se explica en el hecho de que al aparecer el primer libro, un niño que tenía ocho años “ahora tiene 18 y ya lo puede leer, incluso mi propia hija tenía ocho cuando lo saqué”.
“Es un libro muy fácil de leer, muy digerible, en el sentido de que se deja querer, se deja apapachar. Ahora es un libro, antes eran dos que se podían leer separados. Hay lectores que no sabían que existía el primer tomo, y sólo leían el segundo y lo entendían perfectamente, porque son libros que se pueden leer de manera independiente”, cuenta la escritora, quien cada tanto se pregunta “¿cómo es que no se han divorciado de mí?”
Hay luces sobre ellos, apenas van a grabar un video de promoción, mientras responden a asuntos más vinculados con un tema que todavía parece tabú, como lo es el adulterio, si bien ambos están convencidos de que debería existir una mayor libertad para hablar sobre el tema, aun con los desafíos de las herramientas de comunicación.
“Creo que vemos al adulterio igual que hace 10 años, lo que es un poco lamentable. Me parece que es un tema que deberíamos tratar con más libertad y con mayor seriedad, no dejarlo en un tema prohibido, sino hablar más para bien o para mal. Lo único que ha cambiado es que las redes sociales hacen más fácil que estas cosas pasen… creo”, a decir de Beatriz Rivas.
La edición conmemorativa de Amores adúlteros, en la que están las dos novelas, cuenta con un prólogo de Federico Reyes Heroles, y un epílogo de Federico Traeger y Beatriz Rivas.
epc