“Quiero escribir de México, ya lo siento como una obligación”: Archil Kikodze

Archil Kikodze, es el escritor georgiano que no podía faltar en el programa de festejos del nombramiento de Guadalajara Capital Mundial del Libro, el autor de The Southern Elephant mantuvo una breve charla para el auditorio de Milenio Jalisco

Archil Kikodze es uno de los invitados al Coloquio Viva la Literatura (Enrique Vázquez)
Enrique Vázquez
Guadalajara /

En las actividades de Guadalajara Capital Mundial del Libro, siendo Tiflis la ciudad de Georgia que ostentó dicha Capitalía en 2021 y la cedió a Guadalajara este año no podía faltar la presencia de Archil Kikodze (Tiflis, 1972), uno de los escritores georgianos más reconocidos a escala internacional.


Kikodze es uno de los invitados al Coloquio Viva la literatura que comenzó la semana pasada y que continúa aún. Durante su estancia ha estado en charlas con jóvenes de diversos planteles universitarios en el programa Escuelas Anfitrionas. El autor de The Southern Elephant (2016) habló con los lectores de MILENIO Jalisco acerca de su labor creativa y del gusto de encontrarse de nuevo en México. Entre sus próximas actividades destaca el diálogo que tendrá con el escritor Antonio Ortuño el 1 de mayo a las 18:00 horas en el Paseo Alcalde.

Sé que en esta visita que realiza a Guadalajara ha solicitado a los organizadores que le faciliten una estadía prolongada en México y ha preferido rentar una casa en lugar de hospedarse en un hotel...

Sí… Estoy muy feliz de estar aquí, ya extrañaba este país. Espero estar más tiempo en México porque quisiera ir a Oaxaca, Huatulco. Cuando viajo no me gusta estar como turista nada más, me gusta conocer personas y vivir experiencias de la ciudad. Quiero escribir de México, ya lo siento como una obligación. He hablado con mi editorial de esta idea, aunque nunca sé cómo terminarán las no ficciones que me propongo. Ya he escrito de mis viajes. En 2018 fui a Noruega, Noruega es un país muy bello, sin embargo la gente es muy diferente, es más lejana, es por eso que quiero escribir algo de México sé que será diferente.

¿Cómo vivió la Capitalía Mundial del libro Georgia en 2021?

No muy bien, tuvimos pandemia. Es muy necesario en Georgia tener libros, de manera que fue difícil.

Su novela The Southern Elephant es una de sus obras más conocidas en diversos países…

Creo que The Southern Elephant fue la primera gran novela que escribí. Fue especial porque me sucedió lo que les sucede a los escritores jóvenes que quieren decirlo todo. Fue la primera vez que tuve la oportunidad de decir muchas cosas.

La novela es muy concreta habla acerca de la memoria, ahí me pregunto ¿qué es la memoria?, ¿cuál es el rol de la memoria?. La idea que tuve vino de muchas diferentes inspiraciones . Tenía una buena memoria, absolutamente buena memoria y cada vez que pasa el tiempo me hace infeliz saber que la voy perdiendo. Cuando recuerdo a mi esposa y amigos, me intriga esa sensación de ¿cómo sería perder la memoria totalmente? Porque la memoria nos puede traicionar, la memoria puede ser muy subjetiva: La gente recuerda cosas que quiere recordar y cómo las quiere recordar. Mi novela está construida de esa manera, en ella exploro qué es la memoria, qué es lo que hace con nosotros, hablo de la memoria de la sociedad, de la memoria personal, de la memoria del amor.

Una inspiración para ese libro libro fueron unas lápidas. Al principio de mi libro fui recolectando fotos y textos, estos textos son únicos, son hombres y mujeres con historias interesantes. El protagonista tiene el hobby de tomar fotos y una historia un poco complicada, es muy monolítica, creo que The Southern Elephant llama la atención porque es un libro fácil de entender.

¿Qué proyectos ha realizado últimamente?

Esta pandemia del covid ha sido muy buena para mí. Mientras mucha gente moría yo escribía. He escrito una nueva novela y la escribí como un libro documental. Generalmente hago relatos pequeños, que luego van creciendo hasta convertirse en novelas. En dramaturgia estoy escribiendo algo, va bien aunque me falta mucho, hablaré de varias generaciones, son muchas historias. Hago fotografía todo el tiempo. Sabes cuando no estoy escribiendo, estoy haciendo fotografía. Fotografiar todos los días me ayuda a sentir que mejoro cada vez más, que lo que hago no está tan mal.

Después de haber colaborado como guionista en películas como Tbilisi, I Love You y The Criminal Man ¿que más ha escrito para cine?

Siempre me ha gustado el cine a pesar de que Georgia siempre ha sido un país pobre, sólo podías encontrar dos películas: dos para aficionados y dos para principiantes. Últimamente sí he escrito algo, ahora tengo una historia con un director inglés muy famoso, Peter Greenaway.

¿Qué piensa del conflicto entre Ucrania y Rusia?

Georgia formó parte de la Unión Soviética porque obtenía ciertos beneficios como país. Durante mi infancia estuve con mis padres que son personas libre pensadoras, y fui muy afortunado, nunca nos consideramos como parte de la Unión Soviética, su ideología son puras patrañas, por supuesto en el principio de la Unión Soviética mucha gente creía en la primera generación de la revolución, era un ideal hasta que Stalin que los mató a todos. Todavía esa idea de matar personas a pesar de que sucedió hace mucho es terrible.

En Rusia mucha gente todavía cree en la idea del comunismo. En Georgia nadie cree en el comunismo. Stalin aunque georgiano, es un mal ejemplo de persona, quien conozca nuestra historia sabrá que muchos georgianos han adquirido altas posiciones en Persia y Turquía también.

Georgia es un pequeño país, la gente es muy individualista y necesita espacio para explorarse. Cuando vemos el conflicto entre Ucrania y Rusia y vemos que colapsa esa relación, mucha gente encontró refugio en el nacionalismo. Hoy en día la gente quiere sentirse parte de algo. La gente de la Unión Soviética está muy temerosa todavía, la pasada generación necesitaba que alguien creyera en ellos. Encuentro mucha estupidez en mi generación, veo una nueva apertura en las nuevas generaciones. El gobierno de Georgia es muy cuidadoso, los georgianos apoyan a los ucranianos, entienden que los momentos más importantes de la historia son los tiempos de paz.

Guerra es guerra. La guerra lo cambia todo, hasta la sociedad, y no es bueno porque el odio nunca es bueno. Estoy feliz de no ser ruso porque a pesar de que hay buenas personas prefiero no ser parte de ellos porque sufren, sufren verdaderamente.

SRN

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