El poeta David Huerta celebró sus 70 años de vida hace un mes, un festejo que no parece terminar. Ya había recibido como regalo anticipado el Premio Fil Literatura en Lenguas Romances, que le será otorgado en el acto de inauguración de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, y al mediodía de este domingo recibió un homenaje en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
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“Celebramos a un escritor, traductor, periodista, maestro y, me atrevería a decir, a una de las conciencias más lúcidas del pensamiento cultural de nuestros días. Eso es lo que representa para nosotros David Huerta”, expresó la Directora General del INBAL, Lucina Jiménez, durante la ceremonia de reconocimiento, organizada por la Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), con motivo de sus 70 años de vida.
Previo al festejo, David Huerta se aproximó a dos libros que le resultan venerables: “La Divina Comedia, de la cual no pasé del primer verso, y la Biblia, donde me detuve en los Salmos. ¿Por qué estos dos textos venerables?, porque el primer verso de La Divina Comedia dice: ‘En la mitad del camino de la vida’. La palabra mitad indica algo muy preciso, que son los 35 años. Y en la Biblia, en el Salmo 90, está la afirmación que nuestra vida es de 70.
“Con este concepto de los 35 años en la Divina comedia y de los 70 de los Salmos, quiero dejar constancia de algo que me preguntan y que respondo de la siguiente manera: ‘Este homenaje es el reconocimiento a una forma de la perseverancia. Tantos años de estar escribiendo, y hasta publicando, lo cual resulta un poco excesivo, pero es un reconocimiento a la constancia’”, destacó el poeta.
Acompañado por amigos, familiares, lectores y alumnos de diversas generaciones, con quienes ha compartido su conocimiento y gusto enorme por la literatura, David Huerta fue homenajeado por Jorge Comensal y Jacobo Sefamí.
Allí, Lucina Jiménez aseguró que “si hay alguien a quien le debemos el haber atesorado las palabras para luego devolverlas y hacernos más sensibles ante una realidad como la que vivimos en este tiempo contemporáneo es precisamente a David Huerta, a quien respeto, quiero y le debo diálogos en muchas etapas de mi vida y una amistad que nos une con el maestro Francisco Toledo.
“David ha caminado muchas veredas por diversas disciplinas artísticas en numerosos tiempos. David Huerta es amante de la palabra y de esta ciudad que le vio nacer. Pocas personas como él, le han dedicado a esta urbe esas palabras, esa imaginación de sus momentos dramáticos y nos ha devuelto esa ciudad dolida, hambrienta, tal vez más vital y sensible”.
lnb