Jorge Luis Borges acumuló hasta 1966 ocho nominaciones a los premios Nobel de Literatura desde la primera vez que fue postulado, en 1956, por René Etiemble, pero ese año el galardón se dividió entre la poeta Nelly Sachs y el narrador Shmuel Yosef Agnon, según la base de datos de la organización Nobel que cada año libera información de cincuenta años atrás.
El escritor argentino —quien nació en Buenos Aires el 24 de agosto de 1899 y murió el 14 de junio de 1986 en Ginebra— se mantuvo esa década de 1956 a 1966 en las listas de los favoritos para recibir el Nobel, que este 2019 la Academia Sueca vuelve a otorgarlo tras una suspensión por un escándalo sexual.
Después de su primera postulación, Borges tuvo que esperar hasta 1962 cuando Henry Olsson lo volvió a meter a la pelea por el Nobel ese año y los dos siguientes, sin éxito como sabemos. En 1965, el Pen Club de Suecia y Raimundo Lida volvieron a postularlo y el último año del que se ha liberado el registro, 1966, el poeta cubano Eugenio Florit y Paul Bénichou también. Su gran rival al parecer fue Ajmátova, que tampoco ganó el Nobel.
Para 1966 Jorge Luis Borges, de 65 años, ya había publicado buena parte de sus obras más connotadas: Fervor de Buenos Aires (1923), Inquisiciones (1925), Ficciones (1944), El Aleph (1949), El Hacedor (1960), El otro, el mismo (1964), entre muchas otras. También ya había acumulado cuatro nominaciones al Nobel de Literatura en menos de una década -en las cuales el autor de La historia universal de la infamia (1935) ni siquiera pasó a las “semifinales” de la selección de la Academia Sueca-, y debió de acaparar algunas más sin éxito hasta su muerte en Ginebra el 14 de junio de 1986.
Ese octubre de 1966 Borges no fue el único con posibilidades de ganar, de hecho hubo grandes escritores como él que fueron postulados por más personas, como la extraordinaria poeta rusa Ana Ajmátova, que recibió tres nominaciones, una de ellas de Roman Jacobson. O Samuel Becket, Pablo Neruda, Henri Malraux, con cuatro cada uno; otro gran poeta Wystan Hugh Auden, tres. Sachs aparece con tres postulaciones y Agnon apenas aparece.
En total hubo 99 nominados, entre ellos escritores de gran trascendencia literaria como René Char, Louis Aragón, Witold Gombrowicz, Graham Green, Robert Graves, Henry Miller, Ezra Pound, Miguel Torga, Thorthon Wilder, Alberto Moravia, Ernest Jünger, Vladimir Nabokov, Henri de Monthelart, E. M. Foster o Lawrence Durrel y Max Frisch. Hubo otros que años después: Yasunari Kawabata, Günter Grass, Neruda y Heinrich Böll.
Entre el resto de los hispanoamericanos, el que más postulado fue Ramón Menéndez Pidal, con tres, una más que Borges; y detrás Alejo Carpentier, Rómulo Gallegos, Miguel Ángel Asturias y Jorge Guillén.
La Fundación Nobel mantiene en secreto durante 50 años toda la información concerniente a las nominaciones y selecciones de los laureados, por lo que sólo hay datos oficiales de 1901 a 1966, relativos a casi tres mil postulaciones de escritores, en lo que respecta a la categoría de Literatura. Aunque debería haberse ya liberado información de los años 1967 y 1968.
El mayor admirador de Borges en esa época era el sueco de su generación, Henry Olsson (1896-1985), profesor de Historia de la Literatura y Poética de la Universidad de Estocolmo, quien postuló al argentino tres años seguidos 1962, 1963 y 1964, según los datos desclasificados hasta hoy.
Olsson, miembro de la Academia Sueca de 1952 hasta su muerte en 1985 (un año antes de la de Borges), fue prolífico nominador. De 1946 a 1964 presentó a 16 escritores en 19 nominaciones.
Y más o menos tuvo buen ojo para los Nobel, aunque sus elegidos no recibieron el premio el año en que él los nominó. Por ejemplo, postuló a Francois Mauriac en 1946, pero el francés ganó el premio hasta 1952, a iniciativa de Oscar Wieselgren, quien también tuvo éxito con Pär Lagerkvist en 1951 y Thomas Stern Eliot en 1948 (ese año impulsó a Winston Churchill pero el británico ganó hasta 1953).
Olsson anticipó cuatro Nobeles; a Borges en vano. Sus postulados fueron Mauriac, 1946 (Nobel 1952); Mikhail Sholojov, 1949 (Nobel 1965); Hans Carossa, 1949; Nikos Kazantzakis, 1954; Gunnar Gunnarsson, 1955; Ignazio Silone, 1958; John Steinbeck, 1960 (Nobel 1962); Louis Aragon, 1960; Robert Graves, 1961; Yasunari Kawabata, 1961 y 1963 (Nobel 1968); Jean Anouilh, 1963; Borges, 1962, 1963 y 1964; Erich Kästner, 1962; Karen Blixen, 1962; Auden, 1963; y Väinnö Linna, 1964.
Dos versiones se barajan desde hace una treintena de años sobre las razones por las cuales Borges no fue reconocido con el Nobel. Una por recibir en 1976 un doctorado honoris causa de la Universidad de Chile de manos del dictador Augusto Pinochet, cuya política represiva avaló en un discurso. Otra, por diferencias con el poeta de izquierda y miembro de la Academia Sueca desde 1968, Artur Lundkvist, a quien también se atribuye la oposición a que el narrador católico Graham Green ganara.
Sobre el affaire Borges-Pinochet se recuerda que ese 21 de septiembre de 1976, el escritor argentino declaró ante el dictador: “En esta época de anarquía sé que hay aquí, entre la cordillera y el mar, una patria fuerte. Lugones predicó la patria fuerte cuando habló de la hora de la espada. Yo declaro preferir la espada, la clara espada, a la furtiva dinamita (...) Y aquí tenemos: Chile, sea región, esa patria, que es a la vez una larga patria y una honrosa espada”, según publicó en 1999 el diario chileno La Tercera.
Sobre la animadversión de Lundkvist, dos versiones convergen en este personaje: el escritor chileno Volodia Teitelboim, autor de Los dos Borges, hace años refirió al diario de su país La Nación, que un día visitó al poeta en Estocolmo y éste le confió que la Academia Sueca nunca le daría el Nobel a Borges por el asunto con Pinochet. Según Teitelboim, Lundkvist agregó: “La sociedad sueca no puede premiar a alguien con esos antecedentes”. A su vez, la biógrafa María Esther Vázquez, autora de Borges, esplendor y derrota, aseguró que Lundkvist nunca perdonó al argentino una crítica a su obra.
Borges murió sin recibir el Nobel. En el año de su primera nominación, 1956, ganó Juan Ramón Jiménez; en 1962, Steinbeck; en 1963, Yorgos Seferis, en 1964, Sartre y en 1965, Sholojov.
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