"Yo escribo muy instintivamente, no me planteo: 'quiero hacer un thriller'": Claudia Marcucetti

En su más reciente novela, la escritora fue en busca de Tina Modotti pero en su camino descubrió la historia de Vittorio Vidali, un animal político del siglo XX y último amante de la fotógrafa italiana.

Claudia Marcucetti (Foto: Marisol Cid).
Ciudad de México /

Claudia Marcucetti fue en busca de Tina Modotti, pero en su camino, también descubrió a Vittorio Vidali y decidió contar la historia de la pareja en Fuego que no muere (Planeta).

La escritora realizó una larga investigación sobre la famosa fotógrafa. Arranca con el cadáver de Tina Modotti en la morgue y la curiosidad de un joven intruso por conocer su mito. Pero también estaba el misterioso Vittorio Vidali, su último amante, un peligroso personaje asociado al Partido Comunista Soviético y amigo de Trotsky, Diego Rivera y Frida Kahlo


¿Cómo te acercaste a los personajes?

Tengo mucha identificación con Tina por ser italiana, de Udine, como mi familia materna, pero en el camino descubro a Vittorio Vidali cuando recibo la oferta de coescribir el guión de una película sobre él, ahí comienza mi investigación. Pero yo todavía no estaba pensando en Vidali ni en una novela.

¿El misterio alrededor de Vidali te atrapó?

Descubrí el tamaño y el espesor de este personaje con tantos claroscuros. Él murió en el 83 en su cama, después de ser sindicalista, comandante en la guerra de España; en la Unión Soviética tuvo cargos muy importantes, y me jaló para otro lado. Es una novela sobre una pareja que vive las consecuencias de sus actos y hablar de Vidali es hablar de la historia del comunismo.

¿Es una novela política?

Es una de las grandes líneas que mueve al mundo: el amor y la política, las dos pulsiones vitales más importantes del ser humano. Fue también un poco mi búsqueda de qué pienso sobre la política y estos temas. Creo que las novelas históricas son una gran oportunidad de enamorar a la gente con la historia, no solo a los estudiosos. Además, hay que revisar la historia porque se repite de muchas maneras y hasta que no aprendemos la lección se vuelve a repetir. Los seres humanos no sabemos aprender lecciones porque tropezamos con la misma piedra. Al ver esto de las repeticiones de extremismos políticos, no solamente en México, sucede en Italia o en Estados Unidos, era interesante saber de dónde vienen estas ideologías, por qué y cómo se gestaron y sobre todo si podemos encontrarle una viabilidad que nos conduzca a un mejor lugar. Creo que eso tal vez es el mensaje, si puedo decir que hay un mensaje.

Es un thriller apasionante.

Yo escribo muy instintivamente, no me planteo: ‘quiero hacer un thriller’, pero el género me gusta mucho y por eso la novela tiene elementos filosóficos, políticos, crónica o ensayo; de alguna manera empiezo a dar algunas opiniones. Me gusta esa parte de ser libre, sin tener las obligaciones del género.

Fuego que no muere es una frase que le escribe Pablo Neruda a Tina.

Para mí tiene dos significados implícitos: seguimos hablando de Tina porque el arte y el amor son dos cosas que nunca van a morir. Además, todavía existe la llama de una pulsión por tener un mejor mundo, es lo que empujaba a estas personas a pelear contra lo que ellos creían que era deplorable, como el fascismo o el imperialismo en América.

¿Hay una mujer menos heroica en tu novela?

Incluso menos feminista. En realidad, ella nunca se pronunció al respecto, pero es verdad que llegó a ser un icono feminista y recibe la admiración de muchas mujeres por su manera de vivir, muy adelantada a su tiempo, como Frida. Pero Frida veía a Tina como una hermana mayor pues todavía era una niña de familia que vivía en casa, mientras que Modotti ya vivía con diferentes hombres, se acostaba con quien quería, tenía una libertad, digamos mucho mayor, y se dicen muchas cosas: una amistad “amorosa” con Frida o que tuvo un romance con Diego Rivera que terminó con el tema político, cuando Rivera fue expulsado del partido y considerado un traidor por Tina y Vittorio, que era un animal político mucho más que Tina, quien era una mujer muy sensible al sufrimiento humano y a la injusticia.

¿Investigar sobre Tina Modotti también fue mirar tu pasado familiar?

Mi familia emigró en estos periodos de gran dificultad. En el caso de Tina, fue después de la Primera Guerra, pero en el caso de mi familia fue después de la Segunda, todo esto me sirvió también para husmear en mis propios demonios familiares.

Realizaste una investigación importante.

Sí, hay mucha información de diferentes personajes y de diferentes épocas. Otra cosa que me encanta es la historia y la investigación histórica pero también hay un encuentro con la modernidad. Fuego que no muere es una historia de amor, es una novela romántica in extremis pero también hay que entender que el amor no necesariamente es el amor tradicional de hombre mujer y vamos a hacer una familia, yo la veo como una historia de pasión y de amor hacia los demás.

Fuego que no muere (Especial).

¿Vittorio amaba a Tina?

Pienso que sí. Después de que muere, él seguía soñando con ella a lo largo de su vida y contribuyó enormemente a convertirla en la fotógrafa reconocida que es ahora, a través de rescatar sus fotografías. Todo esto fue también gracias a Vittorio, quien de alguna manera le rindió homenaje póstumo a la mujer que hizo batallar en vida. Es interesante la relación entre ellos dos, una parte importante de la novela es explorar la camaradería y complicidad del amor no tradicional que se tenían.

¿La asesinaron?

Yo quería averiguar un poco y fui metiéndome al tema desde los ojos de un niño que la descubre en la morgue con todo lo que se decía en esa época, la llamaban “la Mata Hari” y visité la hemeroteca con todas las notas de la época y había mucha controversia en el mundo periodístico en México sobre el tema, así como la hubo para Vittorio el resto de su vida porque fue acusado, incluso, de haber sido parte de las Brigadas Rojas y de haber participado de algún modo en el asesinato de Aldo Moro.

Hablas de tus dos tierras, Italia y México.

Quise tener la oportunidad de poder hablar de mis dos países queridos a través de estos personajes. Pero acuérdate que ahí no había países, ellos eran internacionalistas y pensaban en otros términos. Yo sí soy mucho más nacionalista. Tina y Vittorio son dos personajes capaces de renunciar a todo por una causa porque era gente que estaba dispuesta a morir o a matar por lo que ellos creían justo. Me llamaba la atención estos personajes idealistas, al grado de sacrificar una vida por un ideal. La historia nos ayuda a comprender y a mejorar de algún modo.

La autora

Nació en La Spezia, Italia, donde vivió hasta los 13 años, edad en la que se mudó a Ciudad de México. En 1992 se graduó de arquitecta y ejerció como tal hasta 2002, año en el que deja su profesión y comienza a escribir. Desde entonces ha publicado el compendio de cuentos ¡Lotería!, las novelas Los inválidos, Heridas de agua, Donde termina el mar (Planeta, 2018) y Fuego que no muere (Planeta, 2022); el ensayo Apuntes de viaje, y el libro de entrevistas De lecturas y vidas, 80 entrevistas sobre el poder de los libros.


PJG

  • Vicente Gutiérrez
  • vicente.gutierrez@milenio.com
  • Periodista desde hace 25 años y especialista en temas culturales, la industria del entretenimiento y cinematográfica. Por su experiencia y conocimiento, también ha participado en temas de política y de negocios. Es reportero de cultura en Milenio y locutor en “La Taquilla”, programa de Radio Fórmula 104.1 FM.

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