La llegada de Marx Arriaga a la Dirección General de Bibliotecas no resultó nada tersa, en especial por diversos enfrentamientos con el sindicato que ahora define como “asuntos políticos”, pero también porque su primer diagnóstico de la situación de las Red Nacional de Bibliotecas fue de “una sorpresa negativa”.
“Dejaron abandonada la Red Nacional de Bibliotecas, se dejó de enviar el acervo necesario, los mobiliarios seguían siendo los mismos de los años 80-90; el deterioro fue general: al bajar la calidad de los libros entregados, hace dos o tres décadas cayeron en la obsolescencia o se maltrataron por el uso de los usuarios y eso mismo sucedió con el mobiliario, con el inmueble, con el ánimo de los bibliotecarios”.
El ahora funcionario público recordaba las bibliotecas de los años 80, 90, las que le tocó visitar, como espacios llenos de vida y de oportunidades para el ámbito educativo. “Pero eso acabó en lo que vemos hoy: un montón de bibliotecas que sobreviven por el trabajo de los bibliotecarios, pero los usuarios son mínimos”.
Al asumir el cargo, recuerda el funcionario, se hablaba de la existencia de siete mil 444 bibliotecas —en la actualidad hay 7 mil 460—, pero había 600 cerradas y cuando menos 70 por ciento de recintos que, si se hace un análisis estricto a su acervo y a su mobiliario, no deberían ser considerados como tal, “porque el acervo estaba destrozado o no había espacio para hacer un programa de fomento a la lectura o lo que se quisiera para consultar información”.
“Mi primer diagnóstico fue que la Red Nacional de Bibliotecas no funcionaba como tal: no se conocían, al punto de que no había modo de saber quiénes eran los 15 mil bibliotecarios en el país, donde se reconociera al que está al frente de cada espacio, eso se dejó de hacer desde 2000. Aun cuando había más de 7 mil 400 bibliotecas, funcionaban como espacios aislados, donde los bibliotecarios hacían lo posible por mantener su espacio de pie: la red se sostenía sobre actas de cabildo”, en palabras de Marx Arriaga.
RETOS Y METAS
Una de las promesas de la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto Guerrero, prácticamente desde que asumió el cargo, es lograr que cada uno de los municipios del país cuente con una biblioteca, pues solo en Oaxaca hay unos 200 que no tienen, lo cual implica también el mejorar el mobiliario de muchos de esos espacios y le renovación de sus acervos.
A lo largo de 2018, se adquirieron solo 33 ejemplares para renovar sus acervos, el resto del presupuesto asignado a ese campo se destinó a la adquisición de revistas y de suscripciones digitales, bajo el entendido de que lo más importante sería ejercer los recursos de manera responsable, para no caer en subejercicio, pero sin un plan específico, a decir de Marx Arriaga.
“Este año logramos enviar cerca de mil colecciones, que llegaron a 7 u 8 por ciento de las bibliotecas de todo el país. A ese ritmo se va a acabar el sexenio y no vamos a lograr renovar el acervo bibliográfico, porque no se trata solo de comprar los libros, meterlos en cajas y enviarlos, sino ya van catalogados. La gran meta en 2020 es alcanzar un 25 por ciento”.
Otro de los retos que se están planteando desde la Dirección General de Bibliotecas se refiere al mobiliario: renovar mesas, sillas, anaqueles. “Espero poder decirte el próximo año que alcanzamos a llegar a la meta con las colecciones y renovar el mobiliario.
“Desde los años 80 no se había catalogado tantos libros al mismo tiempo: mil 800 bibliotecas y 400 libros que tendríamos que cubrir en un solo año: llegué con la visión de no solo hacer que las bibliotecas tengan una visión responsable, donde el recurso económico se ejerza de manera óptima, sino que tengan un impacto dentro del ámbito educativo y cultural”.
CLAVES
ADQUISICIONES
En 2019 se adquirieron alrededor de medio millón de libros para renovar los acervos de las bibliotecas, con colecciones de al menos 400 títulos.
ASIGNACIÓN
Se usaron 22 millones de pesos en la renovación del acervo bibliográfico, pero están comprometidos al menos 40.
MÁS LITERATURA
El área que más apoyo tiene es la de literatura, sobre todo para educación media superior, aunque el usuario promedio es de educación básica y media.
PRIORIDADES
Los nuevos acervos están centrados en la colección infantil y en materias como español, matemáticas, química y biología.