Apenas se habían publicado Balas de plata y La prueba del ácido, las dos primeras novelas en las que aparece Édgar El Zurdo Mendieta, cuando Élmer Mendoza ya pensaba en hacer a un lado al personaje, pero durante una cena con Xavier Velasco y Arturo Pérez-Reverte, aquella idea se transformó.
“Cuando bajaba de las presentaciones, la gente solía decirme que no fuera a acabar con El Zurdo, y eso es muy estimulante, porque quizá soy de los autores que necesitan de esos empujones, como palmadas… soy sensible a eso. No puedo olvidar una cena con Pérez-Reverte y Xavier Velasco: en algún momento les dije que no pensaba hacer otra novela y su reacción fue instantánea: ‘¿No te das cuenta?, acabas de crear un personaje y eso es muy difícil, piénsalo’, me dijo Pérez-Reverte. Y lo pensé bastante”.
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Ya convencido de seguir, en un primer momento pensó que solo iba a escribir seis novelas, lo que se cumple con la publicación de Ella entró por la ventana del baño (Alfaguara, 2021), “pero ahora creo que puedo escribir una séptima y para ello voy a tomarme mi tiempo”, asegura el escritor sinaloense en entrevista con M2.
“Lo que puede conseguir que El Zurdo sea un personaje entrañable es la similitud de lo que puede tener en común con los seres humanos reales: por un lado, es un policía capaz e instintivo, paciente, buen padre; por otro lado, puede ser un tipo que recibe un sobre de dinero, que le tiene miedo a la mujer que le ha propuesto vivir con él y que tiene una relación seria con el mundo más poderoso del hampa”.
Por ello, Élmer Mendoza está seguro de que el personaje podría ser un héroe contemporáneo a la manera de los héroes clásicos, como Aquiles y Ulises, quienes practicaban un heroísmo que estaba lleno de errores, de corruptelas, de cosas así, “ese tipo de heroísmo es el que me gusta para El Zurdo, y creo que es un heroísmo que Homero nos puso como una muestra para ofrecer un héroe muy humano, de tal suerte que también muestre sus debilidades”.
“El Zurdo se ajusta al modelo de un policía algunas veces corrupto, algunas veces reniega de su profesión, pero otras veces es muy clavado en lo que está trabajando y consigue ser un detective exitoso. Siempre está en las patas de los caballos y tiene esas ayudas inesperadas de la otra parte de la esfera de la delincuencia, porque queda claro que él ocupa un lugar en el corazón de Samantha Valdés”, en la saga, jefa del Cártel del Pacífico.
En Ella entró por la ventana del baño se aparecen personajes como la misma Samantha Valdés, ya en una atmósfera mucho más compleja: entre un hombre que se quiere vengar de él por haberlo encarcelado y el encargo de un otro que, como último deseo, busca encontrarse de nueva cuenta con una mujer con la que tuvo un amorío dos décadas atrás.
“Creo que es un universo mucho más complicado a los que ha operado anteriormente: este es muy complejo, muy potente y, para él, es muy sorpresivo”, pero es que el personaje no podía ser el mismo de la primera novela, explica el narrador, por eso, “he incrementado su agudeza como investigador y, desde luego, la calidad de sus enemigos, que cada vez son más poderosos”.
Una historia que permita cambios
Para Mendoza, El Zurdo Mendieta no ha sido un personaje sencillo, ha tenido que permanecer atento para proponer una historia que permita que siga siendo entrañable para quien lo conoce: que los lectores lleguen a esta novela recién lanzada, preguntándole al Zurdo, ‘¿cómo estás?’, pero también que lo encuentren distinto a como lo percibieron en la anterior novela, 'Asesinato en el Parque Sinaloa'.
yhc