Con 95 años, el poeta Ernesto Cardenal sigue inmerso en la creación de nuevos poemas

Tras recibir un homenaje en México, el poeta nicaragüense fue hospitalizado por un problema de baja hemoglobina, del cual se recuperó. Ahora festeja sus nueve décadas y media escribiendo y con buena salud.

Ernesto Cardenal, premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2012
AFP
Managua /

El poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, una de las grandes figuras de la literatura de América Latina, cumplió este lunes 95 años con buena salud e inmerso en la creación de nuevos poemas, informó su asistente.

"Está muy bien de salud, lúcido y escribiendo siempre", declaró a la AFP la asistente del poeta, Luz Marina Acosta.

Entre sus más recientes poemas están Con las puertas cerradasLo visible y lo invisible, que terminó de escribir la víspera de su cumpleaños.

La editorial Trotta publicó en España un libro de más de mil páginas con todos los poemas de Cardenal en homenaje a su 95 aniversario, indicó Acosta.

Sus obras literarias, como Hora Cero, El Evangelio de Solentiname y Oración por Marilyn Monroe y otros poemas, han sido traducidas a más de 20 idiomas.

En diciembre pasado fue distinguido en México, y al regresar a Nicaragua fue hospitalizado por un problema de baja hemoglobina, del cual se recuperó poco después.

"Come bien y camina con ayuda de un andarivel" o andador, relató Acosta, quien dijo que Cardenal ha recibido mensajes de felicitaciones de todo el mundo por su cumpleaños.

Cardenal es un sacerdote y defensor de la teología de la liberación, quien fue suspendido por la Iglesia católica debido a su militancia con la pasada Revolución Sandinista (1979-1990), en la que fue ministro de Cultura.

En febrero del año pasado, el papa Francisco revocó la "suspensión a divinis" que le aplicó el fallecido Juan Pablo II.

Cardenal nació en 1925 en la colonial ciudad de Granada, estudio filosofía y literatura en México y Nueva York y en 1957 ingresó al monasterio trapense en Kentucky, Estados Unidos, bajo la guía espiritual de Thomas Merton.

Merton lo motivó a crear una comunidad contemplativa en la isla de Solentiname en el Lago Cocibolca, que luego sería destruida por la dictadura somocista.

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