La Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO) se convirtió en la primera en México en la que no se oyó una sola voz masculina dirigiéndose al público, pues ellas fueron las que hablaron. Ellos, los que escucharon. Así, la feria se convirtió en un ejemplo de que, más allá de egos y machismos, lo importante es promover las ideas, la cultura, la creación, la literatura.
La decisión de dirigir la mirada hacia las mujeres en la FILO nació como respuesta a la búsqueda de un cambio en todos los ámbitos de la vida pública y privada, donde comúnmente han sido los hombres quienes llevan la voz cantante. La idea es que las protagonistas compartan con los asistentes su visión de la escritura y del momento en que vivimos sin encasillamientos ni ostracismos, en un intento por develar un sistema cuya violencia afecta históricamente a este sector de la población, pero también a los propios varones mediante las reglas del patriarcado.
Aunque Guillermo Quijas, director general de la FILO, estuvo sentado al centro de la mesa inaugural junto a Paco Ignacio Taibo II (director del Fondo de Cultura Económica), Eduardo Bautista (rector de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca) y Pablo Raphael de la Madrid (director de Promoción y Festivales de la Secretaría de Cultura), fue Vania Reséndiz Cerna, presidenta del Fondo Ventura –responsable de hacer posible el encuentro anual– quien abrió la jornada de nueve días con unas palabras que no negaban su esencia femenina. Con fuerza y, a la vez, una dosis de ternura, habló sobre las mujeres que han sido modelos de referencia en su vida, reconociendo que, si bien hoy en día tiene más preguntas que respuestas, “pensar el futuro puede ayudar a construir una comunidad en donde tenga cabida la libertad y se visibilice el trabajo de quienes luchan por nuestros derechos cada día”.
Después de reconocer que la FILO mantendrá la paridad de género en todos sus programas venideros y prometer que las condiciones machistas irían desapareciendo de los espacios literarios “porque ahora nosotras estamos en las mesas y ustedes son parte del público”, cedió la palabra al comité organizador del programa literario 2019, que lleva por título Escrituras para reinventar la vida.
Las escritoras Isabel Zapata, Jazmina Barrera y Yolanda Segura (quienes trabajaron también con Yásnaya Aguilar, Verónica Gerber y Tanya Huntington), explicaron que conformaron 54 mesas con perspectiva de género para discutir temas como el machismo y los feminicidios, los trabajos domésticos y de cuidados, la brecha salarial, las disidencias sexuales, la autonomía sobre el cuerpo, los aportes de las mujeres indígenas y más.
La declaratoria inaugural corrió a cargo de Natalia Toledo, subsecretaria de Diversidad Cultural, quien no pudo evitar el llanto cuando explicó que este año la feria estará dedicada a la memoria de su padre, el artista visual y promotor de la cultura Francisco Toledo. “Es que ha pasado muy poco tiempo desde su muerte”, explicó quien también se encargó de coordinar el Pabellón de las Lenguas Originarias dentro del Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca, sede del evento.
La inauguración culminó con la conferencia El poder de la voz, las políticas del silencio, impartida por la escritora estadunidense Rebecca Solnit, quien reconoció que “la revolución feminista tendrá una victoria en este siglo, pues apenas estamos comenzando”.
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