De los siniestros personajes que surgieron de la literatura estadunidense y han desfilado por la pantalla grande, sin duda, uno de los más memorables es Hannibal Lecter, el malvado doctor que nació en la novela El dragón rojo y cuyos crímenes continúan en El secreto de los inocentes, ambas escritas por Thomas Harris. Su historia no fue producto sólo de la imaginación, pues está inspirado en la vida de un médico mexicano llamado Alfredo Ballí Treviño.
Aunque por años se mantuvo en secreto el origen de Hannibal Lecter, en la edición del 25 aniversario del libro de 1988, Harris reveló que la historia del doctor Ballí -originario de Monterrey- fue el punto de partida para la construcción de su personaje, un erudito sociópata que elabora alimentos de las víctimas que asesina.
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Un encuentro que parece sacado de una película de terror y suspenso, sucedió en la vida real. Thomas Harris conoció a Alfredo Ballí en 1963 durante un viaje a México. El escritor -quien entonces era reportero de la revista Argosy- se encontraba en país con la misión de entrevistar a Dykes Askew Simmons, mejor conocido como El asesino de la carretera.
Alfredo Ballí y su encuentro con el creador de Hannibal Lecter
Fue entonces que Thomas Harris visitó el penal de Topo Chico donde estaba recluido Dykes Askew, ahí el novelista coincidió con Alfredo Ballí, que se encargaba de prestar atención médica de los presos.
Desde el momento que lo vio el novelista quedó impresionado por la elegancia, buenos modales e inteligencia del médico, pues Harris desconocía la identidad de Ballí y mucho menos sabía del crimen que lo había llevado a la cárcel estatal.
Alfredo Ballí ayudó a Harris a realizar un perfil de Dykes Askew, desde su historia de vida y traumas de la infancia hasta sus manías. Una vez que regresó a Estados Unidos, el autor de El secreto de los inocentes describió que el médico era un conocido homicida regiomontano que acaparó la prensa entre 1959 y 1960.
¿Quién fue Alfredo Ballí y a quién asesino?
El doctor había llegado al penal de Topo Chico luego de haber sido hallado culpable de descuartizar a su estudiante Jesús Castillo Rangel, que fue su amante. Se sabe que Ballí mató al joven, de 20 años, luego de que éste lo amenazara con hacer pública su relación amorosa.
Fue el 8 de octubre de 1959 que Jesús Castillo entró al consultorio de Ballí. Después de una acalorada discusión, el médico lo redujo y aplicó una inyección de pentotal sódico, después lo descuartizó y colocó su cuerpo en una caja de cartón que ocultó en la cajuela de de su auto.
Finalmente, se trasladó hasta Rancho La Noria donde dejó la caja; días después la policía encontró los restos del joven. Alfredo Ballí recibió pena de muerte en 1961, siendo el último mexicano en recibir esa condena; sin embargo, ésta no se efectuó y permaneció preso 20 años.
Tras ser liberado en 1981, Ballí abrió un nuevo consultorio. Jamás quiso dar entrevistas ni hablar del crimen. Falleció en el año 2009 a los 81 años de edad. Su historia no sólo quedó plasmada en la literatura, también llegó a la pantalla grande de la mano de Anthony Hopkins, quien interpretó a Hannibal Lecter en el filme de 1991.
amt