La vida cambia deprisa. / La vida cambia en un instante. / Te sientas a cenar y la vida que conocías se acaba. / La cuestión de la autocompasión.
Para Joan Didion, la vida cambió radicalmente casi dos décadas atrás, cuando durante una cena vio morir a su pareja de muchos años, John Gregory Dunne, y menos de dos años después a su hija, Quintana. Ya tenía 70 años de edad cuando escribió estas líneas, pertenecientes a El año del pensamiento mágico.
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Tenía en su bibliografía algunos títulos de memorias y ensayo que le dieron un lugar en la literatura estadunidense —quizá no tan difundidos en español hasta ese momento, recuperados por el sello Literatura Random House—, pero, sin duda, este volumen de duelo terminó por consolidarla como una de las referencias contemporáneas de las letras anglosajonas.
“Mi forma de escribir es mi forma de ser, o la forma en que he acabado siendo”, escribía en ese mismo volumen la escritora y periodista californiana, quien también contó la experiencia de ver partir a su hija, en Noches azules.
Considerada como un icono dentro de la cultura estadounidense, dueña de una obra periodística que ya tenía su lugar desde antes de la aparición de ambos libros, Joan Didion falleció a los 87 años de edad, debido a complicaciones por el mal de Parkinson.
Una vida de novela
Graduada por la Universidad de Berkeley en California, Joan Didion comenzó en el mundo del periodismo, en la revista Vogue, donde fue editora y crítica de cine, y ha sido colaboradora habitual de The New York Review of Books.
“Exploró la cultura y el caos”, escribieron en The New York Times; “la mujer que hizo una crónica de la decadencia y la hipocresía estadunidenses”, según The Washington Post. “La gran cronista del fin del sueño americano”, de acuerdo con El Mundo.
Didion se convirtió en una pieza clave del llamado Nuevo Periodismo, al lado de Tom Wolfe o Gay Talese, lo que se explica muy bien en el prólogo de Elvira Navarro a la edición en español de Lo que quiero decir:
“… refleja, como pocos autores, un mundo, el estadunidense, que, para bien y para mal, ha extendido sus tentáculos por todo el orbe, hasta el punto de que hoy resulta imposible comprender la cultura y los acontecimientos políticos y económicos más recientes de los países occidentales (España entre ellos) sin mirar a Estados Unidos”.
Autora de las novelas Río revuelto, Según venga el juego, Book of Common Prayer, Democracy y The Last Thing He Wanted. También ha escrito varios libros de autoficción, como Where I Was From, Noches azules y la aclamada El año del pensamiento mágico, que fue ganadora del National Book Award y finalista del Premio Pulitzer y del National Book Critics Circle Award, Joan Didion fue conocida en español hasta hace no mucho tiempo, en gran parte gracias al esfuerzo del editor Claudio López Lamadrid.
Narradora de la costa oeste
Aun cuando los momentos críticos de su vida transcurrieron en Nueva York, la muerte de su esposo y de su hija, el haber nacido y crecido en California le permitió ofrecer una perspectiva diferente de la vida estadounidense, como escribe en Los que sueñan el sueño dorado:
“En la tierra dorada el futuro siempre es atractivo, porque nadie recuerda el pasado. (…) Hablamos de la última parada para todo el mundo que viene de otra parte, para todo el mundo que ha llegado aquí huyendo del frío y del pasado y de las costumbres de antaño”.
Didion representaba la visión de la otra costa, con todo lo que eso significa en un país como Estados Unidos: el sol de Los Ángeles, el mito del Oeste, la libertad.
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