Leonardo Padura: la lealtad entre amigos supera todo exilio

El escritor cubano presenta su novela ‘Como polvo en el viento’, en la que cuenta la historia de antiguos conocidos tras haber dejado la isla.

El creador del detective Mario Conde, icono de la literatura latinoamericana. (E. Mastrascusa/EFE)
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

Durante años se habló de una relación un tanto áspera entre quienes se fueron de Cuba y aquellos que decidieron quedarse. Desde hace, cuando menos, dos décadas ya no se da de esa manera, “se ha ido normalizando”, en palabras de Leonardo Padura, quien en su más reciente novela, Como polvo en el viento (Tusquets, 2020), se dio a la tarea de contar la historia de un grupo de amigos que ha sobrevivido al exilio.

“Traté de que esta fuera una historia de fidelidades. Esas fidelidades tienen que pasar, inevitablemente por encima de determinadas decisiones, que pueden estar relacionadas con el hecho de ir al exilio o no, de tener una militancia política determinada o no: creo que muchas veces permitimos que una coyuntura específica, incluso creada por otras personas y situaciones, afecte las relaciones entre los individuos”, compartió el narrador cubano en una videoconferencia.

A pesar de las dificultades de las herramientas tecnológicas, Leonardo Padura sostuvo una conversación alrededor de una novela que le ha permitido reflexionar sobre la amistad, pero en especial acerca de esa fidelidad que se debe dar entre los amigos, “algo que personalmente he tratado de practicar.

“Una de las cosas que más me satisfacen es que he logrado encontrar amigos que también practican esa fidelidad, amigos que viven en Cuba, en Miami, en Madrid, en Barcelona, en México… esa es una ganancia importante en las relaciones humanas”, a decir del escritor, quien ofrece en la novela un recorrido prácticamente por esos mismos territorios, bajo el convencimiento de que el exiliado siempre tiene la necesidad de la patria.

“La vida es bastante complicada de por sí: enfrentamos tantos problemas de carácter cotidiano con la economía, la salud… con cosas como las que nos pasan ahora, este confinamiento relacionado con un fenómeno que ni siquiera esperábamos que pudiera ocurrir de la manera en que ha ocurrido, y creo que las cosas importantes hay que preservarlas y una de las cosas importantes que podemos hacer es ser fieles a nosotros mismos y, con ello, a nuestros amigos. Es una filosofía que practico y trato de que algunos de mis personajes también practiquen”.

Así, por ejemplo, en las novelas que tienen como protagonista a Mario Conde, existe un círculo de amigos que es otro clan, otra cofradía, que ha soportado en la unidad y le ha permitido sobrevivir a lo largo del tiempo, “una de las grandes ganancias que tiene ese personaje y que también tienen los personajes de esta novela.

“El capítulo, casi al final, cuando viajan a Cuba y se reúnen para despedirse de uno de ellos que está gravemente enfermo, es uno de los que más emoción me provocó, porque también parte de una experiencia personal. Perder un amigo es perder… justamente perder”.

Este grupo de amigos, que han vivido el exilio, no deja de ser una reflexión en torno a quienes tomaron la decisión de quedarse y aquellos que prefirieron irse.

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LA PERTENENCIA A UNA LENGUA

Por las cuestiones de la política interna de Estados Unidos y de Cuba, ha habido un distanciamiento entre las comunidades y ciertas agresiones de ambas partes, si bien el escritor tiene la certeza de que, para el futuro de Cuba, la conciliación entre los cubanos de adentro y los de afuera es indispensable. Para él mismo dejar Cuba no ha sido una opción: “Necesito oír hablar en cubano para poder escribir”, en palabras de Leonardo Padura.


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