Libro. Haruki Murakami “With the Beatles” y algo más...

En su obra “Primera persona del singular”, el famoso autor japonés le dedica a Charlie Parker una reseña a un disco ficticio y en otro relato lo captura la beatlemanía de una chica, entre otros grandes hits.

Libro. Haruki Murakami “With the Beatles” y algo más... Foto: Especial
Israel Morales
Monterrey /

El andar del yo de Haruki Murakami es el más arriesgado de todos. Aunque para estos fines nos detendremos en dos relatos de “Primera persona del singular” (Tusquets), para conocer un poco esa fase de crítico imaginario y de rockero nunca aceptado, pero antes se pone en contexto esta suerte de falsa biografía, memorias o ya entrados en gastos, ficción.

Su arranque es con “Áspera piedra, fría almohada”, cuando en sus mozos 20 conoce a una chica que llegado el momento grita otro nombre. Un círculo con muchos centros le decía un viejo al joven de 18 que iba a un recital de Mozart, el mismo autor que recordara esa frase por siempre: “Flor y nata”. 

Y si su pasión por la música clásica es desmedida, por el beisbol casi le dice al coach que lo ponga a jugar (como reza una canción de John Fogerty) y le dedica odas al equipo de sus amores en “Antología poética de los Yakult Swallows de Tokio”.

Schumann bajo la escucha perpetua al lado de una mujer de todas las versiones de “Carnaval”; ella esconde también una versión de su vida. Dos criaturas parlantes que coinciden en gustos y que si es ficción, se termina por creer lo contrario: Murakami dialoga con un simio en “Confesiones de un mono de Shinagawa”. 

Y el escritor no va a ser la primera, ni la última, persona que confundan con otra, ¿o sí? Con traje y corbata, una mujer lo increpa en el relato que da título al libro.

Ahora sí nos detenemos en dos de sus proyecciones. ¿Te imaginas inventar un disco, publicar una reseña del mismo en tu juventud y no solo eso, con los años encontrártelo en una tienda de discos? Esto le pasó a Murakami, que además se adentra en su lado melómano con “Charlie Parker plays bossa nova”, título de un disco ficticio que se convirtió en realidad, o al menos eso parece. 

Resulta que aquel joven universitario escribió el primer artículo de su vida sobre un LP de bossa nova del famoso músico de jazz. Un disco imposible, puesto que Parker murió en 1955 y el bossa llegó a EU en 1962. 

Lo interesante es que la reseña abre el texto de Murakami y es un deleite, en el que incluso menciona las canciones, una de ellas de gran significado. 

Lo bueno viene cuando años después, en Nueva York, asegura que se encontró con ese disco ficticio, pero no lo adquirió, al considerar que se trataba de una broma sin gracia. Un día después regresó y ya no estaba. Nunca estuvo, de acuerdo al dueño.

Y otro salto en el tiempo, ya más reciente: en un sueño Parker le tocó con su saxo “Corcovado”, la pieza que abría la cara A del falso LP. Y tras una ligera pero edificante charla con el músico en el sueño, este cierra con el murmuro: “Perry Como sings Jimmy Hendrix”, en recuerdo de aquella broma que le hizo el dueño de la tienda de discos de Nueva York. Y agrega: “¿Me cree usted, fiel lector?”.

La preparatoria, el año 1964, el huracán del Cuarteto de Liverpool, una “sonrosada muchacha”, con un tesoro: un elepé cuyo título rezaba “With the Beatles”. 

Aquella hermosa adolescente que pellizcó su corazón. Y que ya no la volvió a ver. 

Fue el momento, el paisaje, la visión bucólica del autor. Pero lo que sigue es de antología. Desmenuza los cinco éxitos de ese disco: “Can’t buy me love”, “Twist and shout”, “She loves you”, “I want to hold your hand” y “Please please me”; sí, esa reacción en cadena musical llamada beatlemanía se apoderaba de su generación, y de las siguientes. 

Pero ojo, Murakami es más cercano al jazz, no se diga la música clásica. 

Lo indica: el disco con la portada monocroma no lo escuchó hasta ya cercanos los 40 y la chica con el disco, solo aguarda en su memoria.

Entre alusiones al rock y la cultura pop llega a su vida Sayoko y esa ya es otra historia entre hitos de amor de Hollywood, como “A summer place”, la película y la canción, el hermano de su novia algo incómodo y con trastorno de la memoria, a quien le lee un fragmento de “Los engranajes” de Akutagawa, mientras su joven pareja y demás familia no daban señales de vida, en un domingo de confusión. 

Dieciocho años después se lo volvió a encontrar, y le dijo que era el favorito de Sayoko, pero con una noticia terrible sobre ella. 

Jugadas simbólicas del destino... y en su recuerdo la bella joven que apretaba el disco de The Beatles recorriendo los pasillos de la preparatoria.

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