Libros. La buena escritura y los adioses acuáticos

Los enigmas de la literatura y los misterios de la separación se abordan en estas obras de Elena Ferrante y Gastón García Marinozzi.

Libros. La buena escritura y los adioses acuáticos. Foto: Especial
Israel Morales
Monterrey /

Elena Ferrante - “En los márgenes” - Lumen - Traducción de Celia Filipetto

Si Elena Ferrante es un misterio para el mundo, no lo es para mostrar los secretos que tiene la literatura. En este libro de ensayos “En los márgenes” (Lumen) hace un recorrido por los autores que conformaron su figura de escritora, desde los personajes de ficción y de no ficción que se evocan en grandes obras, las tramas que los distinguen y los elementos narrativos tan propios de ellos. Sobre el placer de leer y escribir lo tiene muy claro Ferrante: está “La pena y la pluma”, porque la escritura tiene dos modalidades: la “condescendiente” y la “impetuosa”, y de ahí nace el proceso que la ha llevado por distintas rutas, desde una niña, Cecilia, quien le enseñó lo bien que escribía su nombre a Gaspara Stampa, con un soneto que la marcó. Después todo lo que viene es ejemplo de sobrevivencia en la literatura. “Aguamarina” es una evocación a partir de Diderot y los empujones de las palabras, que se acomodaron en distintas fases, desde la tercera persona a la primera, que no es tan fácil como pareciera. “Historia, yo” es el mejor juego narrativo que la autora dota sobre Gertrude Steine, la persona real que se proclama autora de una autobiografía escrita por Alice Toklas, es decir, en la escritura se borran todos los límites imaginarios. Un ensayo que comulga con esos enigmas que tanto le atraen. “La costilla de Dante” es un encuentro con el poeta de la “Divina Comedia” a partir de sus apuntes de juventud. Una visión fresca y renovada ya en estos días en la pluma de la autora, y de lo que significa esta obra para el análisis 700 años después.

Gastón García Marinozzi - “Los lugares verdaderos” - Alfaguara

A punto de llegar a los 40, Pedro tiene ante sí la decisión más complicada. Él y Ana dejarán de ser pareja, pero nadie lo sabe y se acerca un lapso oscuro en ese discurrir de lo que fue el pasado desde que la relación dio frutos hasta los marasmos de la soledad que está a punto de poblar sus vidas. El narrador se dirige tantas veces a Pedro y en ese recuento están los familiares, los amigos. Su padre con alzhéimer, a quien visita, y le recuerda a Ana. Los días en que el deporte los arropó en promesas, el día de la lesión de Pedro, los días duros con solo mirar atrás. En un 24 de diciembre, el año está por terminar. El agua es un elemento que subyace en esta trama; el agua en que se hunde el nadador profesional que en un tiempo fue Pedro. Las canciones de Ana que se recuperan en los tiempos. El agua, las ballenas, presentes en el subtexto del protagonista: “hablar de ballenas es imposible, es como clasificar los componentes de un caos. Así es el amor”. Moby Dick, las ballenas, los misterios, la separación, discursos que se plasman en esta novela de Gastón García Marinozzi.

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