Durante cerca de tres décadas, la argentina Maitena Burundarena desarrolló una historieta gráfica alrededor del universo femenino que, pudiera decirse, marcó un antes y un después en la reflexión, siempre con humor, sobre el significado de ser mujer en tiempos contemporáneos.
Hace ya 10 años que dejó de hacerlo, convencida de que abrió muchas puertas con su trabajo, lo cual no significa que ya todo esté resuelto: “lo que sí veo es que hay una comunidad de mujeres y la posibilidad de encontrar ahí contención, amor, cariño, proyectos… un mundo enorme que se nos abrió a las mujeres con esto de la sororidad, de entendernos como compañeras y no como rivales”.
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“Después de esta pandemia o atravesando esta pandemia, personalmente me queda muy poca esperanza por el género humano, pero creo que lo que viene son las tribus; para la otra lucha ya estoy grande, para la lucha contra el mal, contra el odio, contra la ignorancia, ya estoy muy grande”.
Maitena hizo de Mujeres alteradas un acontecimiento en el mundo de habla hispana; ya después vinieron otros proyectos de humor gráfico, pero también el cansancio: 30 años de estar atenta a la hora del cierre “te quema la cabeza y esta nueva forma de trabajar, sin el dead line de la entrega, me parece muy satisfactoria: todo lo que sea semanal, quincenal, semestral, no lo puedo ni escuchar”.
Así fue como en 2012 decidió entregarse de lleno a la escritura, con la aparición de Rumble, una novela con tintes autobiográficos, donde está la misma perspectiva sobre el humor, pero puesta sobre la historia de la familia: “Rumble es mujeres alteradas, porque es la historia de mi madre, la mujer más alterada que conocí en mi vida”.
“Hay una línea de contacto, pero de una manera más reflexiva, más realista y buscando lo que busca la novela, que es hablar de lo que uno no sabe, buscar en tu interior lo que no conoces, indagar. Escribiendo la novela tenía una idea, pero cuando la terminé me di cuenta que había escrito otra cosa, habían salido muchos aspectos interesantes acerca de mi relación con mi madre, con los hombres, con la vida”.
La escritura, un desafío
El encierro propiciado por la pandemia, comparte Maitena, le ha servido para muchas cosas, pero en especial para darse cuenta de la importancia de la escritura por la escritura: en los últimos ocho años ha dejado varios proyectos en el tintero, y ahora se muestra segura de dejar el mundo editorial en términos comerciales, no publicar por publicar.
“El camino de la narrativa y de la escritura, en este momento, primero me parece un desafío, en el mundo del humor gráfico ya no encuentro desafíos porque tengo limitaciones: podría hacer un montón de cosas, pero ya no encuentro un desafío. En cambio, en el mundo de la escritura tengo mucho por aprender y eso me encanta, además de que la escritura te hace leer mucho —porque leer es escribir, escribir es leer— y yo trabajé 30 años al full, con hijos, con cosas y tuve poco tiempo para leer como me hubiera gustado”.
Ya sin la prisa de las entregas de sus historietas, con la certeza de que al humor le hace mucho daño la falta de ironía, pero también de que los memes parecen reemplazar al humor gráfico, Maitena participará en la mesa “Abajo el amor y arriba… nosotras. Viñetas para el desengaño”, donde estará acompañada de Flavita Banana y Mariana H., a desarrollarse este jueves, a partir de las 12 horas, como parte del programa digital de la Feria Internacional del Libro de Oaxaca.
PCL