El ensayo llegó antes que la ficción literaria a la vida de Margo Glantz, si acaso hubiera diferencias marcadas entre ambas formas de la escritura: buena parte de su novelística establece un diálogo claro en algunas ocasiones, un tanto velado en otras, lo que se refleja en las temáticas y hasta en la manera de contar esas historias.
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Ello se muestra en el volumen Cuerpo contra cuerpo (Sexto Piso/UAM-Cuajimalpa, 2020), cuya selección y prólogo fue encargado a Ana Negri, lo que no resultó nada sencillo para la compiladora si se toma en cuenta que el ensayo ha sido una de las formas preferidas en Margo Glantz.
“Desde hace muchos años he escrito y publicado ensayos, antes que publicar ficción, aunque me parece que no deberían existir barreras entre ensayo y creación, son géneros literarios. Trabajo de manera muy rigurosa mis fuentes cuando hago ensayos, al mismo tiempo veo que son ensayos muy creativos, como se advierte muy claramente en esta compilación, donde Ana Negri hizo un trabajo extraordinario de yuxtaposición”.
En entrevista con M2, la también catedrática universitaria reconoce que, si bien en la recopilación hay ensayos que aparentemente no tienen nada que ver, la conjunción de Ana Negri cambia totalmente el sentido de cada uno de los ensayos, “lo cual me parece maravilloso, porque siempre he planteado que, en literatura, el orden de los factores altera totalmente el producto.
“Creo que los géneros son muy libres y me he pasado la vida tratando de demostrarlo, tanto en mi ficción como en mi ensayo. Insisto: no quisiera que los ensayos fuesen distintos a la obra de creación y creo que con la publicación de varias antologías que han salido, como Materia incandescente o Cuerpo contra cuerpo, se muestra que mis ensayos tienen una relación muy visceral, muy cercana, con la ficción”.
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La Malinche, la lengua o intérprete de Cortés durante la conquista de México; Santa, la prostituta protagonista de la novela del mismo nombre de Federico Gamboa, vendido a retazos como en las carnicerías se vendía la carne de las vacas; el cuerpo de los mutilados en la India; el de los asesinados y cremados en los campos de exterminio; el de Sor Juana Inés de la Cruz, sus musas y la Virgen María, son solo algunos de los temas que se aparecen en el volumen, nacidos de muchas maneras: “Por mis lecturas, que son muy variadas, por mis clases en la facultad de Filosofía y Letras, por algunas peticiones.
“A pesar de que muchos de los ensayos son de hace muchos años –hay unos muy recientes–, hay una gran movilidad, una gran capacidad de revivirlos, porque unos junto a otros adquieren otra connotación. Por ejemplo, en 2019 publiqué el libro de ensayos El texto encuentra un cuerpo, donde puse en circulación una serie de artículos que había publicado como divulgación de muchos escritores que me han interesado, sobre todo analizando el papel de las mujeres en la escritura masculina y femenina del siglo XVII: un libro muy creativo, porque al mismo tiempo lo mezclo con ensayos que son absolutamente ficcionales y que son más o menos académicos: no encuentro barreras canónicas entre los géneros”.
Cuerpo contra cuerpo, ya armado por Ana Negri, se convierte en un grupo de trocitos de piedra, de cerámica o de vidrio para formar composiciones “cuyos temas pueden ir desde la mitología hasta escenas de la vida cotidiana”.
Y ADEMÁS
ELEMENTOS DE POESÍA EN SU ESTILO
En las obras de Margo Glantz suele encontrarse elementos propios del ensayo, pero también de la poesía, como en el texto Los hijos de Pedro Páramo, cuya lectura “me inspiró a hacer una especie de poesía solamente enumerando los nombres con los que bautizaba a sus personajes”.