En cuanto se subió a Twitter la información publicada por el periódico británico The Guardian, con el título “A master of self-autopromotion: letter reveal how Philip Roth ‘hustled’ for prizes” (Un maestro de la autopromoción: las cartas revelan cómo Philip Roth 'presionó' por los premios), el mundo literario se mostró sorprendido alrededor de una de las figuras literarias más importantes de la segunda mitad del siglo XX: el eterno aspirante al Premio Nobel, fallecido en 2018.
A partir de un trabajo de investigación del catedrático Jacques Berlinerblau, para el libro The Philip Roth We Don't Know: Sex, Race and Autobiography —a publicarse en inglés el próximo 14 de septiembre—, se refleja cómo el novelista llegó a generar una serie de complicidades para obtener algunos de los reconocimientos más importantes en el mundo.
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En el trabajo periodístico de Dalya Alberge, se revela que Philip Roth fue “un maestro de la autopromoción y la creación de redes”, de su trato con amigos y colegas del mundo editorial, la crítica literaria y la academia.
“Lo que aprendí sobre Roth al revisar este material es cuánto tiempo pasó en red, rascando la espalda de la gente, colocando su gente en puestos, votando por ellos”, le cuenta Berlinerblau a la periodista, sobre todo de los innumerables ejemplos de amigos en el mundo editorial y literario que le hacían favores a Roth.
“Fue un poco desilusionante para mí, ya que pensé, ingenuamente, que al gran escritor sólo le importaba el arte, su integridad, sus austeras exigencias. Tenemos esta concepción romántica del gran hombre, que acaba de perder en el esfuerzo, y Roth escribe sobre esto en El escritor fantasma, probablemente su mejor novela. Quiere escribir apasionadamente: arte, arte, arte, nada más que arte, la vida no se inmiscuirá en el arte. Fue una visión de Roth que Roth vendió", se lee en el artículo británico.
En su página personal, Jacques Berlinerblau se dice convencido de que uno de los principales problemas de esta actitud del escritor estadunidense tiene que ver con figuras clave en la industria editorial que ayudaron e incitaron a las carreras de Roth, lo que seguramente “enojaría a otros escritores de calidad que nunca fueron los beneficiarios de una generosidad comparable”.
“En mi opinión, esta historia plantea más preguntas sobre cómo ‘funciona’ la industria editorial literaria que sobre el arte de Roth”, escribe sin embargo el profesor de civilización judía en la Universidad de Georgetown.
Philip Roth falleció en 2018, a los 85 años de edad, con una bibliografía —donde se incluye El lamento de Portnoy, Pastoral americana, La mancha humana o La conjura contra América— que parecía conducirlo al Premio Nobel de Literatura, aun cuando haya sido el eterno candidato.
PCL