Los neandertales ya usaban penicilina y analgésicos

Científico destaca que el uso de los antibióticos es sorprendente, porque se da 40 mil años antes de que el humano desarrollara ese compuesto.

Secuenciaron el material genético del sarro bacteriano calcificado en los dientes de cuatro fósiles.
Editorial Milenio
Madrid /

Los neandertales, una especie humana extinguida hace 40 mil años, utilizaban las plantas de su entorno y la corteza de los árboles para fabricar incipientes medicamentos semejantes a los antibióticos actuales y a la aspirina.

El hallazgo, publicado ayer en la revista Nature, forma parte de un estudio realizado por investigadores españoles del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) y del Instituto de Biología Evolutiva (IBE), junto a científicos de las universidades de Adelaida, Australia, y Liverpool, Reino Unido.

Los investigadores han secuenciado el material genético del sarro bacteriano calcificado en los dientes de fósiles de cuatro individuos del yacimiento belga de Spy y de El Sidrón, en Asturias, España.

ASPECTOS DESCONOCIDOS

Los resultados son importantes porque prueban “aspectos que hasta ahora desconocíamos. Nos demuestran que nuestra visión de los neandertales era simplista y que está sesgada por lo poco que se conserva en el registro fósil”, explicó Carles Lalueza-Fox, investigador del IBE y coautor del trabajo.

Los análisis permitieron confirmar que los neandertales de las dos zonas tenían dietas muy distintas, explicó Alan Cooper, director del Centro Australiano de ADN Antiguo de la Universidad de Adelaida

Los belgas comían rinocerontes lanudos y ovejas salvajes, mientras que los de El Sidrón “no mostraron evidencias de consumo de carne, pero parece que tenían una amplia dieta vegetariana de piñones, musgo, hongos y corteza de árbol”, recalcó.

Sin embargo, uno de los aspectos más llamativos es el hallazgo de evidencias de automedicación hallados en uno de los fósiles asturianos: un individuo con un absceso dentario a causa de una infección en la raíz de un molar.

“Tenemos pruebas de que este neandertal se medicaba. Hemos descubierto que el sarro conservado en sus dientes contenía secuencias del patógeno Enterocytozoon bieneusi que, al menos en humanos, provoca problemas gastrointestinales, además de un absceso dental. Dos problemas que debían producirle intensos dolores”, sostuvo el paleontólogo Antonio Rosas.

Pero el sarro de este neandertal contenía restos de ADN del hongo de la penicilina, un antibiótico natural —algo no visto en otros ejemplares—, y componentes de la corteza del sauce, que contiene ácido acetilsalicílico, la sustancia activa de las aspirinas.

“Aparentemente los neandertales poseían un buen conocimiento de las plantas medicinales y sus propiedades antiinflamatorias y de alivio del dolor”, mientras que “el uso de los antibióticos resulta sorprendente porque se da 40 mil años antes de que el humano desarrollara ese compuesto”, subrayó Cooper.

“Es bonito tener esta información nueva porque nos da una imagen más sofisticada de estos humanos, más cercana a la realidad y alejada de los estereotipos simplistas que teníamos producto del registro fósil disponible y limitado a piedras y huesos”, añadió Lalueza-Fox.

MICROBIOTA COMPARTIDA

Los científicos también han analizado la microbiota bucal de los neandertales (principalmente bacterias) y la han comparado con muestras de chimpancés, cazadores-recolectores paleolíticos, y de los primeros agricultores del Neolítico.

La comparación “nos ha permitido determinar que, sobre todo, con la llegada de la agricultura en el Neolítico, se produce un cambio muy significativo de la biota bucal”, afirmó el biólogo del IBE.

Por ese motivo, los neandertales, los chimpances y los ancestros cazadores y recolectores tienen una biota bastante parecida. “El gran cambio de la comunidad bacteriana de nuestra boca llegó con la agricultura y el cambio de alimentación que representa e implica más trastornos de salud gastrointestinales y mas caries”, explicó.

La investigación también reveló que neandertales y humanos modernos y antiguos compartían dolencias causadas por algunos microbios, entre estas, la caries dental y las enfermedades en las encías.

De hecho, la placa dental del individuo neandertal estudiado permitió recuperar el genoma completo más antiguo de un microorganismo: la arquea Methanobrevibacter oralis, lo que sugiere que neandertales y humanos modernos intercambiaron patógenos.

“Hoy sabemos que los sapiens se cruzaron en dos ocasiones con los neandertales que luego vivieron en Siberia, pero no con los de Asturias. Si hubo transferencia de microbiota entre neandertales asturianos y sapiens, tal vez existió un cruce de ambos linajes que aún no hemos identificado”, concluyó Lalueza-Fox.

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