Luigi Fantini y el grito silencioso contra el hedonismo moderno

El artista visual presenta 'Crónica de un consumismo anunciado' en el Museo Casa León Trotsky.

Su obra expresa las condiciones laborales adversas y la producción desenfrenada de las maquiladoras en la industria de la moda. (Foto: Especial)
Gabriela Gorab
Ciudad de México /

Crónica de un consumismo anunciado habla de cómo la sociedad no hace una pausa para reflexionar sobre el daño que estamos haciendo a la naturaleza, a las próximas generaciones y a nosotros mismos mediante el abuso de consumo en diversos ámbitos, como el agua, las materias primas sintéticas y la fast fashion, opina su creador, Luigi Fantini (México, 1982).

“Estamos dejando de ser por aparentar, dejamos de pensar por pertenecer, dejamos de hacer uso de los recursos naturales por crear productos que al corto plazo se convierten en desechos”, dice el artista plástico cuya obra se exhibe en el Museo Casa León Trotsky hasta el 20 de julio.

La obra de Fantini expresa de manera contundente las condiciones laborales adversas y la producción desenfrenada de las maquiladoras en la industria de la moda rápida, evidenciando su impacto medioambiental y social. Su enfoque pertinente y perspicaz revela las perjudiciales consecuencias del sistema de producción y consumo desmedidos.

Mediante su estilo figurativo y satírico, Fantini presenta una crítica mordaz hacia la obsesión materialista que impregna nuestra sociedad. Trasciende las convenciones estéticas y nos sumerge en un universo visual donde la dicotomía adquiere protagonismo, desafiando nuestras percepciones y obligándonos a enfrentar las profundas implicaciones de la adquisición y la admiración lasciva hacia las marcas de lujo en la era contemporánea.

Fantini presenta una crítica mordaz hacia la obsesión materialista. (Foto: Especial)

Pasión cruda y visceral

A través de su dominio del pincel, Fantini da vida a escenas que capturan la pasión humana en su forma más cruda y visceral. Sus lienzos exhiben los excesos de la sexualidad y el ansia de poder, confrontándonos sin clemencia ante el espejo y obligándonos a cuestionar nuestras propias motivaciones y deseos más profundos.

Las grandes corporaciones refresqueras, con su inmenso dominio de la industria, encarnan una sed desmedida que agrava la escasez del vital elemento que es el agua. Su alcance avasallador amenaza los acuíferos, privando a las generaciones futuras de la preciada esencia que nutre la vida, considera el pintor.

Esta exhibición en el Museo Casa León Trotsky revela cómo los individuos han caído bajo el influjo hipnótico del hedonismo irracional que socava su esencia humana, dejándolos como esclavos mentales de los dictados impuestos.

“La muestra está conformada por pinturas que he realizado desde 2011, cuando surgió en mí la necesidad de reflexionar sobre la sociedad del consumo. Sin embargo, a lo largo de los años han surgido nuevas inquietudes, tanto técnicas como conceptuales, y así se ha prolongado hasta esta muestra. Quiero agradecer al Museo Casa de León Trotsky y a su directora, Gabriela Pérez, por abrirme las puertas para mostrar mi trabajo. También quiero agradecer al público que asiste a observar la muestra, su apoyo y su interés son muy valiosos para mí”, señala el artista.

La muestra presentada por Artists’ Container y el Museo Casa León Trotsky consta de una selección de nueve piezas con formatos variados que van desde los 40 centímetros hasta los 3.60 metros. La técnica utilizada en su creación es principalmente acrílico sobre tela y algunos óleos. Esta muestra permanecerá vigente hasta el 20 de julio.

PCL

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