La novela de Luis Javier Estrella “La escuela del sueño” (2022) ha estado en el top 10 de los libros más vendidos en Amazon, pero su trayectoria abarca otros géneros como la poesía, con “Casa natal”, también disponible en esa plataforma. El autor local nos da su opiniones de estos modelos digitales en los que ha tenido buena respuesta de los lectores.
¿Qué opinas del libro digital?
Cada época tiene variantes en la literatura, el contexto marca definitivamente los medios por los que escritores publican libros, revistas, artículos de blog y demás. El hecho trasciende cuando la vía de comunicación se abre, entonces el horizonte se amplía para cada persona que dedica parte de su tiempo para escribir.
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El libro digital es un aporte de la modernidad, pero también es un despliegue masivo. Hay sinnúmero de posibilidades de lectura en el marco de referencia actual, sin embargo, aunque es positivo este auge en el lector, en el escritor no es del todo, ya que implica una competencia que no radica en la calidad de los textos, sino en la variedad de funciones con que un escritor puede trascender por otras vías, por ejemplo, la difusión, la publicidad y otras estrategias de comunicación. Incluso el género en que se escribe no es sinodal, sino más bien un impulso lector para que la función de la literatura como vía de acceso entre en buena medida en una masa social.
Tú que te mueves en varios géneros literarios, ¿cómo ves la respuesta de los lectores y el gusto por la lectura dentro de estos formatos?
El género de la poesía y la novela distan demasiado en el gusto lector. Un libro digital tiene más impulso en el gusto lector cuando se trata del género narrativo, cualesquiera que sean sus derivados y tonos de escritura, tipo de historias, temas sociales y no. El hecho se intensifica cuando la voz masiva (o la literatura de masas) se quiebra ante un escritor que busca abrirse paso en el corazón de los lectores.
¿Y cuál crees tú que es el papel que juega la autopublicación y la calidad en este formato?
No es fácil el camino aún existiendo un libro digital y la variedad de plataformas que existen para la publicación y autopublicación. Se tiende a ver a un escritor que se autopublica como menor; en sentido estricto, la calidad de los textos puede variar, pero esto no significa que un escritor sea bueno o malo, sino que su éxito depende de otros factores.
Tampoco significa que un escritor arraigado e inserto en el gusto del público tenga calidad en lo que escribe. Hay que ser justo en esta medida y evaluar según el tiempo, la circunstancia, la calidad estética y el abordaje de los temas que trate, que en su justa medida podemos llamar literatura o no literatura.
Otro aspecto es el libro digital como una “literatura digital”. Tal denominación actual me parece una falacia, ya que no podemos anclar en un rubro algo que aún no ha sido validado estrictamente, sino que es un movimiento colateral a las plataformas digitales, que son sencillamente una vía. Por esta razón he denominado “una vía útil para los escritores” el libro digital, pero de este punto a tener una calidad comprobada en lo que se escribe hay aún una evaluación mayor, la cual ha de ser juzgada por críticos y lectores.
Finalmente el libro digital es una herramienta, una utilidad de la información. No es una panacea del mundo tecnológico. Pensemos en el libro fundacional, que en primera instancia era hecho por amanuenses. Después vino la imprenta y la masificación en réplicas de libros, como calcas reproducidas para el bien lector.
Es un tema que tal vez levante discusión. El hecho es que lo veo como una utilidad, no como un significado de calidad y literatura. Para esto el valor literario siempre estará dentro de la obra, no en el formato.