A la joven soprano regiomontana Luisa Mordel (Monterrey, 1994) le toca debutar en el Palacio de Bellas en una fecha muy especial y con una obra que Wolfgang Amadeus Mozart escribió sin concluir hace 230 años, su Réquiem, su misa de difuntos, que se interpretará el próximo domingo 31 de octubre, en memoria de las víctimas de la pandemia y justo la víspera del Día de los Muertos.
Mordel se inició desde niña en la música folclórica y de mariachi, gracias a su madre cantante; de hecho, empezó a estudiar piano para poder acompañar sus canciones, que escribe, hasta que escuchó ópera. Durante años se ha desempeñado como maestra de música y canto de niños con autismo. Y se dice ahora emocionada y agradecida por debutar con el Réquiem como una de los cuatro solistas, porque, creyente, considera que es un regalo divino y una oportunidad de rezar por quienes se han ido.
“Cantar la misa de Réquiem en re menor significa mucho porque soy creyente, creo en Dios, y me siento como si fuera un regalo suyo. Siempre he puesto mi voz a su servicio, mi canto siempre está dedicado a Dios. Cantar esta misa para los difuntos es una alabanza hacia él, una manera también de agradecerle que me permitió cantar y qué mejor que cantarle a él.
“Además, en vísperas de Día de Muertos, es también pedir por todas esas almas que han partido de este mundo, pedir misericordia y clemencia por ellas”, explica la soprano egresada de la Facultad de Música de la Universidad Autónoma de Nuevo Léon e integrante en 2018 del Ópera Studio de Bellas Artes.
Mordel comparte el mayor escenario del país, el domingo 31 de octubre, a las 17 horas, con la mezzosoprano Amelia Sierra, el tenor Daniel Ayala y el bajo Alejandro López, arropados con Orquesta y Coro del Teatro de Bellas Artes, bajo la dirección de Iván López Reynoso, para interpretar esta obra que la muerte de Mozart, el 5 de diciembre de 1791, dejó inconclusa y que se estrenó hasta 1793. Está feliz porque su primer ensayo con piano coincidió con el Día Mundial de la Ópera, el 25 de octubre.
“Me siento muy agradecida, honrada, el Réquiem es una obra impresionante tanto coralmente como para los solistas. Es muy fuerte, de lo último que escribe Mozart, un Mozart muy maduro y despidiéndose de la vida. Es la primera vez que lo cantó, me siento muy bien, mi voz está fluyendo bastante bien, Mozart fue muy transparente. He aprendido mucho al abordarla, esto de la covid nos ha cambiado a todos, para ver la vida de otra forma, en particular por la gente que hemos perdido”, dice.
La soprano cuenta que ella en su familia no perdió a nadie, pero su hermano mayor, Alex Mordel, se contagió y pasó 18 días con oxígeno en casa y para ella fueron los peores días de su vida, marcados por una pandemia que sólo en México ocasionó 3 millones 783 mil 327 contagios y 286 mil 346 decesos.
“Pensé que mi hermano iba a morir, rezaba, me encomendaba a Dios y orábamos porque no fuera a ocurrir una tragedia, jamás habíamos vivido algo así, fue una enfermedad muy agresiva. Mi hermano se recuperó y ha sido una segunda oportunidad de vida para él, ahora está muy cambiado, bajó de peso, hace mucho ejercicio. Fue una gran oportunidad haber sobrevivido al covid-19. Por eso el Réquiem de Mozart me tiene de lo más sensible, pero también contenta de debutar con esta obra en Bellas Artes. Han sido dos años de mucho aprendizaje y de comprender cómo somos frágiles en la vida”, expone.
A sus 26 años, la soprano ya representó a México en la Metropolitan Opera National Council Auditions (Monca), el semillero de talento de la MetOpera de Nueva York, en la que obtuvo una mención honorífica en la edición 2021 de la semifinal regional Costa Golfo y que para la 2022 está otra vez en la competencia, que ya ganó en 2020 la poblana Denis Velez. Además, durante la pandemia obtuvo un primer lugar en el concurso Linus Lerner, que el año pasado debió realizarse de manera virtual.
Su debut en un rol ocurrió también marcado por la Covid-19. En una función única, el 8 de febrero de 2020, un mes antes de declararse la pandemia; interpretó a Margarita, en el Fausto de Charles Gounod, con puesta en escena de Rennier Piñero en el teatro regio San Pedro, en una producción del México Opera Studio y la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey, de donde también egresó.
“Fue una gran oportunidad ese rol lírico para mi edad, tenía 25 años, trabajaba con los maestros Alejandro Miyaki y Rennier Piñero en el Mexico Opera Studio y me guiaron y cuidaron mucho”, dice.
Después de viajar el verano pasado a Suiza con su maestra Rosa María Hernández y de ganar un tercer lugar en el concurso Un futuro de arte en Madrid, Mordel apunta su futuro inmediato a concursar en el Carlo Morelli 2021, buscar avanzar en las audiciones de la MetOpera y, más tarde, irse de México para buscar integrarse a un Young Artist Programme o entrar a un ensemble en Suiza o Alemania.
“La pandemia nos obligó a adaptarnos, nunca dejé de estudiar, busqué todos los concursos, audiciones y oportunidades en línea; ahora mi plan es buscar esas oportunidades fuera del país”, concluye Mordel.
bgpa