La coreografía de Luna de Barro surgió a partir del contacto con jóvenes que mostraron cómo les ha afectado la violencia en el país, pero también se plantea como una esperanza de cómo ellos podrán revertirla, expone la maestra Leticia Alvarado, fundadora y directora de Tandem Cía. de Danza.
“Luna de Barro nace de una inquietud muy personal y de una sensación muy preocupante que tengo sobre la situación de los jóvenes de este país y cómo están viviendo esta violencia a la cual ya están acostumbrados aparentemente, pero que en el fondo hay una gran afectación que permea todos sus ámbitos, tanto el familiar como el social”, dice la coreógrafa, bailarina y docente, que a principios del año recibió el premio que más satisfacción le ha prodigado: el Reconocimiento Danza UNAM 2021.
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Refiere que su nueva obra nace del contacto que ha tenido a partir de enero a la fecha con muchísimos jóvenes de entre 18 y 19 años, gracias a su trabajo como docente de la danza contemporánea y en su labor de llevar a escuelas públicas sus coreografías, con lo cual ha visto el impacto de la violencia.
“Todos ellos (los jóvenes) manifiestan —no solo en su andar por la vida, sino en su actitud, en su expresión, en su forma de bailar y de hablar incluso— esta afectación de la violencia, del temor también de esto que fue la pandemia, terrible para muchos de ellos. Vemos una transformación profunda en ellos en su interior, y eso permea absolutamente a lo que ellos hacen en la vida diaria.
“No la tienen fácil, pero sé que van a encontrar la salida, porque así ha sido la historia. Por eso la obra se llama así. No va a ser fácil revertir lo que pasamos estos tres años con la pandemia, que aún no acabamos de salir de ella; seguimos con el temor al contagio, al contacto físico. Pero los jóvenes cada vez están más fuertes, lo que no te mata te fortalece, y estos jóvenes van a ser muy fuertes, y van a crear un cambio importante, cuando menos es lo que percibo”, sostiene la bailarina y coreógrafa.
Justo en la máxima casa de estudios, la más reciente obra de la fundadora de Tandem Cía. de Danza se estrenará el próximo viernes 18 de noviembre en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, en CU, para una temporada que incluirá sendas funciones el 19, 20, 25, 26 y 27 del mes.
Ganadora de múltiples reconocimientos a lo largo de su carrera que ya incluye más de 50 coreografías, Alvarado habla en entrevista también de su esperanza en los jóvenes, con quienes ha trabajado durante décadas y quienes a su juicio saldrán fortalecidos de esta época, como lo han hecho en otros tiempos.
“El título es como una metáfora. La luna siempre está ahí, siempre nos ilumina, nos da seguridad, no hay día en que no salga, y esa luna, esa luz tiene que ver con la esperanza, con la utopía. Pero, de pronto, esa luna se va desmoronando, se va derritiendo y convirtiendo en barro. Es como una metáfora de la sensación interna que pueden estar viviendo todas estas niñas, niños y jóvenes de este país, al estar en el desamparo por parte del Estado que no les ofrece seguridad ni las oportunidades para desarrollarse. Es metáfora de la difícil situación que deben atravesar”, explica Alvarado, quien entre otros reconocimientos ha recibido el Raúl Flores Canelo y el premio Nacional de Danza José Limón.
Es una obra que trabaja a partir de energía, a partir de desarrollo de una composición en el espacio con los cuerpos —seis jóvenes—, que se conectan, se conocen y crean una complicidad muy fuerte y férrea, y que se acompañan constantemente a través de todos estos viajes o recorridos que hacen en su vida.
“Aunque hay una individualidad muy exacerbada, a partir de cómo se está desarrollando el mundo y hacia dónde van los intereses económicos, (ellos) necesitan de las personas, necesitan del otro, de sus pares, para poder salir adelante, porque si no es muy difícil. Por otro lado, se está emprendiendo esta empatía y esta humanidad —porque nos estamos alejando de nuestras raíces, de la Tierra, de nuestro origen—, y esto sucede a través de distintas escenas, en las que ellos se conectan, se cuidan, se pelean, en fin, viven una serie de situaciones en las que al final acaban en una enorme complicidad grupal”.
Alvarado ríe cuando se le señala el pesimismo que parece tener su nueva coreografía, pero lo acota.
“Por supuesto, hay una esperanza. El planteamiento mismo de la obra, eso que le acabo de decir, esta necesidad de empatía con el otro, a pesar de que nuestra realidad nos obliga a separarnos, está ahí, y está presente y presente todo el tiempo. Eso no se va a perder, eso va a continuar. Y, por supuesto, las juventudes, a través de todas las generaciones y las civilizaciones, han cambiado la historia, las situaciones y las circunstancias más terribles, y este momento no va a ser diferente, los jóvenes van a buscar salidas, siempre van a buscar posibilidades, por qué permanecer vivos, y eso definitivamente está y se plantea en Luna de Barro”, expone la integrante del Sistema Nacional de Creadores de Arte.
Coproducida por Tandem y Danza UNAM, interpretan la pieza de alrededor de una hora de duración Karla Hernández, Xanath Jaimes, Cassandra Solano, Luis Armas, Daniel Ronzón y Etzalli Yarinko.
“Son tres bailarines que ya tienen un tiempo en la compañía, una que tiene gran experiencia aunque con poco tiempo en Tandem, al igual que los otros tres egresados en las escuelas profesionales desde hace tiempo, y dos bailarines recién egresados de la Academia de la Danza Mexicana que tienen una enorme energía y gran vitalidad. Seis jóvenes son quienes van a dar vida a esta obra, con quienes además hablamos mucho sobre sus vivencias y sentir de esta contemporaneidad que están viviendo”.
La iluminación está a cargo de Kitzia Martínez-Cue98, el vestuario de Anderfio y Georgina García. La música tendrá varios autores, entre ellos del compositor alemán Markus Sieber y su álbum Aukai.
Según Alvarado la música lleva a los intérpretes y al público hacia otros lugares, sitios remotos.
“La música en Luna de barro tiene esta nostalgia de habitar estos espacios naturales que hemos avasallado, evoca esta nostalgia de regresar a las raíces, al origen, a lo sencillo, dándole la vuelta un poco a este camino hacia la comodidad que está destruyendo nuestro planeta, la comodidad de los países más desarrollados, que para ellos es muy importante y que todos ya hemos adquirido, pero que debido a ello otros países están totalmente devastados, destruidos y nuestros bosques muriendo. Esta música te lleva un poco a esta nostalgia de eso que está alejando”, expone la artista multifacética.
PCL