“Misión cumplida”: Les Luthiers se despide de su público mexicano

Escenarios

El sexteto argentino se presentará en el Auditorio Nacional como parte de su gira de despedida con el espectáculo 'Más tropiezos de Mastropiero'.

El elenco 2019 de Les Luthiers. (Foto: Isaac Esquivel | EFE)
Ángel Soto
Ciudad de México /

Durante más de medio siglo, un cobatín negro ha coronado el impecable esmoquin que los integrantes de Les Luthiers portan en cada presentación. Hacia finales de 2023, sin embargo, cuando el grupo concluya su gira actual, esos atuendos colgarán de manera permanente en un armario.

Con la meditada prudencia de quien elige un momento cumbre para retirarse, los humoristas argentinos han decidido concluir definitivamente su actividad sobre los escenarios. El espectáculo con el que rematan una trayectoria de 55 años se llama Más tropiezos de Mastropiero, y se presentará en México frente a la platea del Auditorio Nacional los días 26 y 27 de abril.

Con entusiasmo juvenil y la sabiduría que otorgan los años, esta vez los luthiers mezclan la novedad con la tradición. Escrito por Carlos López Puccio y Jorge Maronna —los dos últimos integrantes del elenco original—, el show incluye obras de estreno y algunas piezas del repertorio histórico.

La mayoría de los números fueron concebidos para la formación actual del sexteto. “Se acomoda perfectamente a las virtudes de este elenco y trata de diferenciarse de los espectáculos anteriores”, explicó López Puccio en conferencia de prensa. Es decir que Roberto Antier, Tomás Mayer-Wolf, Martín O’Connor y Horacio Tato Turano —quienes se incorporaron a la alineación titular de agrupación tras las muertes de Daniel Rabinovich (2015) y Marcos Mundstock (2020), así como el retiro de Carlos Núñez Cortés (2017)— no aspiran a sustituir a sus antecesores, sino a ofrecer un espectáculo creado a la medida de sus capacidades vocales e histriónicas.

Hay quienes, no exentos de nostalgia, conservan el anhelo de ver al grupo en activo durante algunos años más. “Sería biológicamente imposible”, bromean los más veteranos. Y en tono más serio agregan que no hay marcha atrás.

“Nos hemos formulado una promesa de honor de que realmente es una gira de despedida —ahonda López Puccio—. Tengo la esperanza de que Les Luthiers haya sido útil en alguna medida, que haya mostrado un camino para hacer un humor limpio, trabajado e inteligente. Esa parte de la misión se ha cumplido”.

Aunque Johann Sebastian Mastropiero es uno de los nombres más conocidos entre los fanáticos del grupo, cuenta apenas un par de apariciones como personaje sobre el plató. En Más tropiezos de Mastropiero, sin embargo, será Tato Turano quien lo personifique. La presentación correrá a manera de entrevista en la que el mítico compositor —cuya carrera musical acumula más infortunios que triunfos— rememorará su vida, “desde sus primeros fracasos, hasta los más recientes”.

El divorcio que lo inició todo

“Ésta es nuestra enésima visita a México. La primera vez que estuvimos aquí, en 1974 en Bellas Artes, éramos casi unos imberbes”, dijo Carlos López Puccio en la conferencia de prensa. Parece inconcebible, pero es real: los luthiers alguna vez fueron novatos.

Era 1967. Un grupo de universitarios había seducido a un público más bien pequeño pero entusiasta. Por entonces el grupo no se llamaba Les Luthiers, sino I Musicisti. El proyecto había sido concebido como una broma, un pasatiempo. Unos diez músicos liderados por Gerardo Masana (fundador) habían pasado tres años presentando sus espectáculos en escenarios reducidos, pero algunos de ellos comenzaban a quejarse de que el trabajo no estaba equitativamente distribuido y no ocurría lo mismo con los ingresos.

Masana lo presintió antes que nadie: un divorcio inminente. Así lo cuenta Daniel Samper Pizano en el libro que conmemoró los 40 años del grupo:

      —Si esa es la decisión final —dijo Masana, poniéndose de pie—, yo me retiro del grupo.

Unos instantes de silencio y expectativa siguieron a esas palabras. Entonces se escucharon voces conciliadoras que pretendían hacerle reconsiderar su decisión. Pero Masana ratificó que se trataba de una decisión irreversible. Se retiraría y se llevaría consigo sus instrumentos.

      —Yo me voy con Gerardo —dijo Marcos Mundstock, el locutor y presentador de los espectáculos.

      —Y yo —agregó Daniel Rabinovich, administrador, cantante e intérprete de varios instrumentos.

Con su típica timidez, se sumó a los anteriores, casi sin decir palabra, Jorge Maronna, quien con diecinueve años era el más joven del grupo.

Poco tiempo después se uniría a ellos Carlos Núñez Cortés, el Loco —que no había apoyado a los disidentes en el momento de la ruptura.

Fue ese el germen de Les Luthiers. Su primera presentación con ese nombre ocurrió el 20 de septiembre de 1967. Cincuenta y cinco años después cuelgan los trajes con la misión cumplida.


ÁSS

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