La periodista y activista Lydia Cacho se ha caracterizado por tocar temas como el abuso sexual, la pedofilia y no tiene miedo de declararse feminista desde hace 20 años.
Como parte de las actividades del Hay Festival 2018, que se realiza en Querétaro, Lydia presentó su más reciente trabajo que habla sobre el acoso y abuso sexual, así como el machismo del cuál también son sujetos los hombres.
La escritora accedió a responder nuestro temido Interrogatorio Milenio en donde reveló lo que más le intimida y le dio un consejo a los políticos mexicanos.
—Si no hicieras lo que haces, ¿a qué te dedicarías?
Sería baterista de una banda de rock. Rock clásico.
—¿Para ti qué es ser mujer?
Ser persona, inteligente, poderosa, libre.
—¿Qué te negarías rotundamente a hacer?
Someterme al poder.
—¿Hay alguna app que te sea indispensable para vivir?
Para vivir, ninguna.
—Leer, ¿con música o sin música?
Siempre que leo poesía, pongo música. Generalmente clásica o jazz muy suave. Pero cuando leo novelas o ficción, sin música.
—Autores favoritos de música clásica.
Me gusta mucho la ópera, la clásica. De los más clásicos, me quedo con Vivaldi y Mozart. Soy muy conservadora.
—¿Con qué personaje de ficción te identificas?
Lassie... el perrito. Con un personaje de ficción de literatura... en particular hoy no lo sé. Tendría que inventarte algo y eso sería ficción en sí mismo.
—Feminismo en una palabra.
Libertad
—Las tres últimas formas de micromachismo que hayas visto.
Ayer el discurso de confusión para evitar el diálogo; el mansplaining que sucedió ayer en público y privado y los piropos en la calle aquí en Querétaro. Sí le tuve que contestar a un señor porque sí fue muy agresivo. Un comentario súper violento y a él le pareció un piropo.
—¿Cómo llevar el #MeToo más allá de las redes?
Yo creo que se está llevando. Lo que pasó en las universidades, en la UNAM, en Querétaro, en Quintana Roo… las estudiantes están creando algunas páginas de Facebook para denunciar la violencia sexual en los campus y la violencia de género. Se están sumando algunos chicos que también han sido violentados o de la comunidad LGBTTTI. Me parece que ya no tiene vuelta atrás y que están participando hombres y mujeres y que algunos que quieren distraernos con otros temas pero no lo van a lograr.
—¿Qué es para ti ser valiente?
Decir la verdad y asumir las consecuencias.
—Un consejo que le darías a los políticos.
Si no quieren que se sepa, no lo hagan. Los vamos a vigilar.
—El sexenio de Peña Nieto en una palabra
Criminal.
—Algo que te intimide
Me intimida ligar. Soy malísima para eso y me gustaría saber ligar.
—Lo primero que se te viene a la mente cuando escuchas Fake News
Deberíamos decirles noticias falsas, como son y que los dueños de los medios son particularmente responsables de que siga sucediendo.
—¿Qué hacer contra el cyberbullying?
Todas las formas de violencia en el ciberespacio se relacionan con el machismo y con la desinformación que tenemos para entender cómo abordar la violencia que recibimos. La mayoría de la gente no sabe que lo debes hacer es ignorar a los trolles, nunca responderles, no hacer que se vinculen a tu línea del tiempo ni con tus seguidores dialogantes.
Me parece que eso es lo más importante. Aprender a ignorarles por un lado y ya si el bullying es extremo y si la violencia y las amenazas suben de tono más allá de la clásica narrativa de la cobardía, sí es importante saber denunciar dentro de la propia red en la que te están agrediendo y la otra es aprender a argumentar de una manera que puedas unificar todas esas agresiones.
—¿Qué es lo más impactante de tu libro #EllosHablan?
Creo que lo más impactante es que ellos mismos, los hombres que entrevisté, descubrieron que había una parte de ellos mismos que estaba fracturada y no la habían visto nunca.
Eso desde mi perspectiva, como reportera y ahora que el libro está está en las manos de lectores, ha sido la cantidad de respuestas que he recibido por parte de hombres por todos medios posibles y de todas las edades, agradecimientos. He recibido cartas de hombres que dicen que les ha cambiado la vida el libro.
ehh