Joaquín Salvador Lavado “Quino” celebró el medio siglo de vida de su popular personaje Mafalda con el reconocimiento de que había surgido en una época que prometía grandes cambios en todo el mundo, pero si mantiene una gran vigencia es porque no cambió tanto como se pensaba, lo que “me deprime un poco”, confesó durante una videoconferencia desde Buenos Aires.
“Mafalda propaga ideas que son mías, y yo no soy un hombre feliz, sobre todo por lo que pasa en el mundo: que hoy se siga decapitando gente me parece una barbaridad que uno no podía imaginar hace 10 años.
“Soy bastante amargado, transmití a mi personaje las amarguras que siento porque seguimos destruyendo el planeta y todo está muy mal; además, se nos avisa que dentro de unos años se va a acabar el agua, la pesca o el petróleo, y el día que se acabe el petróleo no quiero pensar la que se va a armar en este mundo.”
En la charla, con la que se dio a conocer que Penguin Random House Mondadori se había convertido en el distribuidor de sus libros para México, bajo el sello de Lumen, el caricaturista argentino se mostró afable para responder preguntas dirigidas sobre todo a las razones y la vigencia de un personaje como Mafalda, a 50 años de su creación.
“La época en la que yo la dibujaba era una época que prometía grandes cambios en todo el mundo, desde el Che Guevara, Juan XXIII, Kennedy, Vietnam, los movimientos de liberación femenina. Parecía que todo iba a cambiar para mucho mejor y, lamentablemente, lo que ha cambiado no ha sido para mucho mejor.”
Durante la conferencia aseguró que los cambios eran para bien y para mal, como en el caso de la iglesia, institución que está sufriendo un cambio notable con el Papa Francisco, “quien si lo dejan hacer lo que quiere, aparentemente va a ofrecer un cambio muy positivo”.
“Cuando todavía no era Papa, en una charla que dio a la gente de Cáritas, les explicó que quien se acercaba a esa institución debía cambiar su estilo de vida, que no era cuestión de hacer como Susanita de organizar fiestas para recolectar fondos, donde se comieran cosas riquísimas, para luego comprarle a los pobres porotos y lentejas y las cosas que comen ellos. Lo contó muy bien en ese momento, cuando aún era Cardenal”, aseguró Quino, quien durante la videoconferencia destacó que Mafalda pertenecía una época “y pasada esa época no se puede volver”.