El que Manuel Felguérez Barra estuviera integrado al movimiento scout en México es un hecho conocido; que en ese ambiente se hizo cercano de Jorge Ibargüengoitia, prácticamente desde la infancia, también; que tuvo como discípulos a gente como Fernando y Juan García Ponce, lo ha contado éste último, pero poco se conoce la manera en que el escultismo contribuyó a conformar su identidad.
Cuenta Arturo Reyes Fragoso que el artista fue uno de los que más reconoció de manera pública lo que tomó del movimiento scout para lograrse en la vida, con una propuesta propia, “como persona y como artista, lo cual no siempre se logra tan bien como en este caso”.
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“Hay toda una generación de esa década de los 50, de pintores o escritores, que se identificaron con los scouts. Dentro de los scouts conocieron a Juan y a Fernando García Ponce, Rodrigo Moya, Huberto Batis; en los 50 ya eran aspirantes o se comportaban como pintores, escultores y se encontraban en galerías o en exposiciones, pero el punto de unión es que se ponían a platicar de los campamentos en los que habían participado no muchos años antes”.
A principios de 2020, Ediciones La Rana del Instituto Estatal de Cultura de Guanajuato relanzó el libro Dos artistas en pantalón corto. Ibargüengoitia y Felguérez, scouts, donde Reyes Fragoso recupera muchos de los pasajes que vivieron ambos creadores dentro del escultismo, para lo cual indagó en las fuentes documentales de la Asociación de Scouts de México, donde se cuenta con publicaciones desde los años 30, “lo que permitió el hallazgo de fuentes documentales que no son tan accesibles en el ámbito académico”.
“A partir de que ahí se conocieron y se hicieron amigos entrañables, se reconoce que los dos eran unos fregonazos con uniforme. En el libro hay fotos sensacionales haciendo actividades al aire libre, se subían a los volcanes en short… Hay una foto de Felguérez que lo atestigua: hacían caminatas endemoniadas, campamentos excepcionales”, recuerda el autor del volumen.
Incluso, se reconoce que dentro de ese ambiente pudieron conocer Europa y tener sus primeros acercamientos con el arte: Manuel Felguérez entró a los 8 años de edad y durante más de una década estuvo “plenamente integrado a su nido y convencido de lo que hacía, tomando lo que requería para lograrse como persona”, recuerda Arturo Reyes Fragoso, quien debido a la pandemia ya no tuvo la oportunidad de entregarle sus ejemplares de Dos artistas en pantalón corto a don Manuel.
PCL