"Marfil de sangre", documental sobre la caza de elefantes

Desde 1989 se prohibió esa práctica, pero cada 15 minutos muere un animal; la investigación revela que detrás de esa práctica está el crimen organizado y los terroristas.

Bryan Christy, director de investigaciones especiales de National Geographic.
Tábata Cortés
México /

El tráfico de marfil desde África sigue siendo un grave fenómeno y detenerlo no es una tarea fácil, ya que la demanda del llamado oro blanco es grande y bien remunerada, señaló el director de investigaciones especiales de la revista National Geographic, Bryan Christy, quien también dijo que China es el que más lo adquiere, “por ello lo más eficaz es primero centrarse en cómo detener el consumo de esa nación.”

Para llamar la atención e informar sobre la gravedad de la situación, Christy se sumergió en una arriesgada investigación, en la cual da a conocer el problema de raíz sobre la rápida desaparición de los elefantes; esta historia se dará a conocer con el documental Explorer: Marfil de Sangre, programa que se estrena hoy a las 21:00 horas en Natgeo.

En China, Tailandia y otros países aún es común encontrar artesanías como esculturas gigantes y remedios medicinales hechos con marfil, a pesar de que se sabe que estas piezas simbolizan la matanza de elefantes, especie que se encuentra en peligro de extinción.

Es importante saber que para que los colmillos de elefantes lleguen a ser artículos de aparador sucede toda una historia de sangre. “Esto no es sobre un individuo tratando de alimentar a su familia. Se trata de sindicatos del crimen organizado, terroristas organizados y las milicias rebeldes que operan a gran escala matando a muchos elefantes. En el proceso se violan mujeres, se secuestra a niños y los convierten en soldados. Ellos son la razón de que los países donde se matan elefantes se encuentren en pobreza extrema”.

Recordó que de eso se trata este negocio, por lo que si alguien “compra marfil es parte del problema, es un socio de las organizaciones terroristas, milicias rebeldes e incluso el cazador furtivo. Esa es la otra cara de la pulsera o los palillos que está comprando”, explicó en entrevista para MILENIO.

A pesar de que desde 1989 se prohibió la caza de elefantes, se calcula que cada 15 minutos uno de estos ejemplares muere por lo que de no detenerse la masacre los paquidermos podrían extinguirse en menos de 20 años. Debido a esta alarmante cifra, diversas organizaciones y gobiernos se han dado a la labor de proteger y cuidar de estos animales. “Hace unas semanas el gobierno chino anunció que iba a poner fin a su mercado nacional de marfil y si eso es cierto será muy significativo”.

Por otro lado, los países en donde se ha incautado marfil también han mostrado su apoyo a la causa realizando la quema de dicho material; sin embargo, Christy declaró que no sabe si esto ha ayudado, “sí ha atraído mucha atención (…) La primera quemadura de marfil grande ocurrió en 1989 en Kenia y fue un acto simbólico para pedirle a África que prohibierrá su uso por primera vez. Eso tenía un significado real, pero ahora muchos países están quemando o aplastando marfil sin la segunda parte, lo cual significa tomar medidas reales para detener el comercio del oro blanco. No basta con destruirlo, se tiene que hacer más”.

El tráfico de marfil no es solo un asunto de ciertas naciones, por lo que Christy tiene la fiel creencia de que la correcta información y difusión de este problema puede ayudar significativamente a crear un cambio “simplemente al compartir la historia con otras personas o tal vez al manifestar en las redes sociales que hay molestia y desacuerdo por esta situación; eso en los últimos cinco años ha creado un gran impulso y presión sobre China”.

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