La paradoja del libro Cada quien su modo es que María Benítez concibió un relato para niños que a la postre devino una suerte de guía de adultos, padres y escritores, sobre el arte de narrar, vivir y educar.
“El libro nació porque tengo dos hijas. Y es una práctica común que me piden que les cuente algo, a veces quieren saber algo de cuando yo era chica o algún relato que invente; a veces las historias me salen y otras no, como cuando uno improvisa”, refiere en entrevista Benítez, que cumple en noviembre 41 años y dice con sarcasmo que tardó 38 de ellos para decidirse a poner esas historias en la escritura.
- Te recomendamos ¡No te lo pierdas! Camerata de Coahuila interpretará Las cuatro estaciones de Vivaldi Cultura
“Descubrí que la construcción de cómo debe ser un cuento para niños es cosa de adultos. Sin embargo, vi que mis hijas disfrutan todas las historias, tengan o no un nudo, un final satisfactorio o bueno para los personajes o con mensaje. He aprendido con mis hijas que el contar historias es en sí mismo gozoso, aunque no sean perfectas o redondas o tengan una finalidad particular. Hay mucho placer en compartir cualquier historia”, refiere la novel narradora sobre su libro ilustrado por Francisco Riolobos.
En Cada quien su modo (Océano, Travesías 2023), publicado en principio para niños y niñas de 3 a 6 años de edad, una criatura corre por la selva detrás de toda su familia y quiere colgarse de las lianas como los demás, pero no puede; aún es muy pequeña. Por turnos, padres y abuelos le muestran cómo debe hacerlo, hasta que ella consigue columpiarse igual que ellos, pero empleando su propio método.
He ahí la paradoja con la que Benítez, en su debut literario, trasciende la literatura infantil para mostrar no solo al público al que está en principio destinado, sino a los adultos, cómo acceder al conocimiento.
“Vivimos en un mundo que, en aras de eficientarse y del progreso y el desarrollo, establece ideas fijas sobre cómo hacer las cosas”, comenta Benítez, que tras su primer libro ya perdió el miedo a escribir.
“La idea detrás de Cada quien su modo viene de la sabiduría popular: mi abuela me lo decía, pero también el zapatismo retoma esta frase para hablar sobre la perspectiva de la diversidad política y del pensamiento, y aun la filosofía lo trabaja en el sentido de que hay más riqueza entre más diversidad”.
Benítez cuenta que en su experiencia como madre se dio cuenta que todos los adultos alrededor de una de sus hijas querían decirle cómo tenían que ser las cosas y la pequeña se frustraba mucho porque quería hacerles caso a todos, confiaba en los adultos, pero cada quien llegaba con su propia verdad.
“Así que yo le conté esta historia a mi hija para que supiera que aunque hay una sola manera de hacer las cosas es muy bueno tener presente que hay muchas maneras, realmente tantas como seres humanos, para hacer cualquier cosa, desde amarrarse las agujetas, ponerse una playera o colgarse de una liana”.
El libro, hoy de 40 páginas, tuvo una inmediata acogida por la editora Maya Miret y en principio estaba concebido para jóvenes en general, pero se publicó en la serie Travesías para edades de 3 a 6 años.
“Pero ha sido sorprendente la respuesta que ha recibido de los papás y las mamás, y de los abuelos y las abuelas; me dicen que les gusta mucho la historia, cada quien la remonta a cosas que le han sucedido. Al final es un libro para cualquiera que quiera contar o escuchar una historia”, señala María Benítez.
La misma ilustración se convirtió en un ejemplo del planteamiento en apariencia simple del relato.
“Maya Miret me contestó positivamente un par de horas después de que le mandé el proyecto. Y propuso tres ilustradores muy buenos; el que me llamó más la atención fue Francisco Riolobos, porque él tiene una capacidad de crear universos enteros de manera fantástica”, dice sobre el artista español.
“Voté por el y la editora tambíén. El trabajo con Riolobos fue muy bello, porque originalmente el protagonista era un chango, y él hizo un chango. Y le pedimos que, en lugar de un chango, inventara un personaje de su imaginación, con la única condición de que tuviera cola para que funcionara. Nos dijo que era la primera vez que le pedían algo más parecido a su trabajo que a lo que el el cliente quiere.
“Y ese es un poco el halo o mensaje de Cada quien su modo: él va a hacer algo mejor si lo hace a su modo. Y, efectivamente, cuando Riolobo nos entrega las ilustraciones realmente fue una sorpresa muy grata ver cómo con su creatividad había logrado algo tan atinado y fácil de leer: son personajes familiares a pesar de que se trata de animales que no existen en la realidad”, agrega la escritora, que ahora gesta una primera novela para un público adulto, a partir de las experiencias con sus dos partos.
PCL