La pintora y escritora surrealista Leonora Carrington (1917-2011) al fin se ha convertido en un trending topic del arte y cultura a escala mundial, afirma la editora gráfica española María Luisa Fruns.
“Leonora Carrington es la mayor revelación artística de los últimos tiempos. Ella gozó de un reconocimiento muy importante y merecido en México, pero, a escala mundial, como todas las artistas mujeres, no tuvo la relevancia que se le debía haber dado —sostiene Fruns en entrevista—. No me gusta usar el término ‘reivindicación’ porque tiene una connotación de justicia, pero en la actualidad ella es lo que se llamaría un trending topic y se le está dando al fin la importancia y relevancia que merece”.
Con más de tres décadas en el mundo de los libros, Fruns encontró en la vida de la surrealista anglo-mexicana el motivo para debutar en la novela gráfica, con Leonora Carrington en España (Turner, 2024), que presentará el próximo 28 de junio en el Instituto Cultural de México en España, en Madrid.
La charla con MILENIO ocurre horas antes de que el cuadro Las distracciones de Dagoberto, de Carrington, se subastara en la casa neoyorquina Sotheby’s por 28.4 millones de dólares (475 millones de pesos mexicanos), el triple de lo que se esperaba, un récord para la artista, que supera los precios que han alcanzado otros surrealistas, como quien fuera su amante Max Ernst o el catalán Salvador Dalí.
“¡Qué buena noticia! Parece que hubieran escuchado nuestras palabras de ayer. La exposición de Leonora Carrington en Madrid se titulaba Revelación, manifestación de una verdad secreta y oculta. Eso es lo que está ocurriendo con Leonora, es lo que pretende mi libro”, comenta al respecto Fruns.
Editora gráfica, documentalista e ilustradora, conocía la obra de la artista anglomexicana, pero su vida sólo a “grandes rasgos”, hasta que le pidieron fotografías para el libro Leonora Carrington. Una vida surrealista (Turner, 2017) de Joanna Moorhead. A partir de ahí se documentó; leyó la novela Leonora (Seix Barral/Planeta, 2011), de Elena Poniatowska; Leonora Carrington. Surrealismo, alquimia y arte (Turner, 2005), de Susan Aberth, hasta que llegó a los escritos de la artista: Memorias de abajo (1943).
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“Me pareció fascinante, su historia había que visibilizarla porque —lo digo en el libro— fue una época para ella y para el mundo muy convulsa. Si la vida de una artista tan importante como ella había pasado desapercibida, me pareció que su paso por España era un momento clave de visibilizar; tomé la decisión de hacerlo con una novela gráfica”, agrega Fruns.
A través del color
No fue fácil abordar en el libro momentos que sufrió Leonora Carrigton en su vida: “Lo más difícil de representar fue el momento de la violación por militares profranquistas en España, es algo muy delicado. El libro mantiene respeto absoluto hacia el personaje y entrar en ese momento tan doloroso fue muy complicado”, dice.
La autora tuvo clara la representación gráfica desde que concibió la novela. Colores cálidos, con línea ágil y fina, y viñetas muy grandes para ilustrar la estancia de Carrington en Francia con Max Ernst. En el periodo de la guerra civil española, en el periodo que pasa en Madrid, se mantiene la línea ágil, pero el color se vuelve muy gris, muy oscuro. Y ya llegando al psiquiátrico al que la ingresó su padre las imágenes son en blanco y negro, las líneas han desaparecido, son masas negras, y las viñetas se vuelven más pequeñas.
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“De las viñetas de página completa a dos por página se pasa hasta a seis viñetas por página para transmitir esa sensación de angustia y claustrofobia que tuvo que sentir Leonora. Toda la representación gráfica es absolutamente subjetiva, desde un principio fue una de las ideas claves del proyecto”, aduce.
Cita al final de su libro a la pintora y escritora con un fragmento de Memorias de abajo, donde ella explica la utilidad de esas experiencias, que quizás para una persona normal serían el final.
“Debo revivir esta experiencia porque, haciéndolo, creo que puedo serle útil; igual que creo que me ayudará, en mi viaje más allá de esa frontera, a conservarme lúcida y me permitirá ponerme y quitarme a voluntad la máscara que va a ser mi escudo contra la hostilidad del conformismo”, escribe Leonora.
A Fruns le sorprende que la pintora llegó a un momento en que es perfectamente consciente de que no puede mostrar en todos los ambientes o circunstancias su libertad de pensamiento y de expresión.
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“Toma la cautela de distinguir entre qué ambiente puede decir o mostrarse tal cual es, lo cual para ella en principio es una bendición porque le ahorra muchos disgustos en el futuro, pero por el otro lado le coarta su libertad íntima, de mostrarse tal como es”, opina la autora de la novela gráfica.
Si tuviese enfrente a Leonora Carrington, ¿qué le preguntaría?
Que cómo pudo, de dónde sacó tanto valor y cómo se las ingenió para finalmente poder vivir tal y como ella vivía, y a qué tuvo que renunciar para ello.
MGR