En la poesía no interesan mucho los temas: María Negroni

La escritora argentina dijo que la poesía es esa actividad que trabaja con un instrumento complejo, el lenguaje.

María Negroni es una poeta argentina | Especial
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

María Negroni es catedrática, traductora, poeta y ensayista, sin importar el lugar ocupado por cada una de las actividades y, por encima de cualquier cosa, es una pensadora sobre el sentido de las palabras, sin importar la estructura en la que estén acomodadas, de ahí uno de sus convencimientos: “es muy difícil hablar de la poesía”.

“Podríamos decir que es esa actividad que trabaja con un instrumento complejo, el lenguaje: de todos los géneros literarios es el género que tiene más conflicto con las palabras. Uno podría decir que los poetas y las poetas nos peleamos contra las palabras, ni siquiera luchamos, porque las palabras son siempre tramposas, insuficientes: en la poesía no interesan mucho lo temas. No importan los temas en la poesía, lo único que hay es lenguaje puro, pregunta pura”.

Objeto Satie, Archivo Dickinson, Oratorio y La palabra insumisa son algunos de los títulos que conforman su amplia bibliografía, en donde su reflexión termina por ser mucho más amplia para tratar se asomar a una realidad que es infinitamente más rica y más compleja, “que el instrumento que tenemos para tratar de asirlo”.

“Es una especie de aventura, a la vez epistemológica, existencial, porque uno a través de ese instrumento reducido e insuficiente, está tratando no de responder preguntas, sino en todo caso de mejorar la calidad de las preguntas que ya tenemos como seres humanos”.

En entrevista por la aparición de Oratorio (Vaso Roto Ediciones, 2021), la escritora argentina habla de las dificultades para hablar de un libro de poesía, para ello se tendría que volver a leer los poemas, no hay glosa posible de la poesía: “crea situaciones raras, extraordinarias, que existen solo porque existe el poema”. Y, sin embargo:

“La poesía siempre va a existir porque es el lugar privilegiado de la resistencia, tiene una serie de características que la vuelven necesaria: no fácil o entretenida, pero sí hay ciertas cosas que solo pueden ser exploradas y rozadas por ese gesto metafísico de aproximación, en donde no nos explicamos todo, pero algo termina por ser reconocible”.

Lo que hace el poema todo el tiempo es interrogar, no solo al mundo y a lo que le rodea, sino también se está interrogando a sí misma; si el arte es la pregunta menos su respuesta, asegura la poeta, resulta indispensable poner en evidencia que la relación que un artista tiene con su instrumento es puro conflicto y cuando se logra eso, cuando se logra llamar la atención, termina por ser la apuesta por trabajar con el hueso de lo que le preocupa.

Así, María Negroni habla de silencio, concentración, hueso y un tiempo distinto alrededor de la poesía, lo que explica por qué tiene menos lectores que la ficción: “en la poesía lo que importa no es tanto lo que se dice, sino cómo se lo dice, cómo esa palabra se deja atravesar y habitar por el silencio, no solo por el silencio que la rodea, sino por el que está adentro de la palabra misma”.

El lector tiene un espacio que, en este momento de la civilización y de la historia, resulta muy importante: “la posibilidad de pensar y sentir cosas que no le vienen ya digeridas de antemano”, resalta la ganadora del Premio Internacional de Ensayo Siglo XXI, por el libro Galería fantástica.

Antídoto contra el ruido y la velocidad

La poeta argentina sabe del uso que se le da a las redes sociales y a la tecnología en nuestro tiempo, sobre todo asuntos que se repiten y se mueven en la costra del uso de todos los días, donde no hay espacio para pensar o sentir algo que no esté prefabricado.

Y, la poesía, “va en contra de la velocidad, lo que hacen las redes se instala en un lugar que está afuera del tiempo”, en palabras de María Negroni, lo que termina por explicar por qué la poesía tiene menos lectores que la ficción: “así como hay niveles de escritores y calidades en la escritura, también hay distintos niveles y calidades de lectura”.

“La poesía exige una calidad de lector o de lectora con otra predisposición, que no solo es de tiempo, sino profunda y personal: de querer plantearse o preguntarse ciertas cosas”.

Por eso, cuando María Negroni habla de su más reciente libro, Oratorio, advierte de los dos sentidos que tiene la palabra: un sentido de plegaria, pero también es una composición musical.

“A mí me gustaría decir que la plegaria en la que yo creo es una plegaria profana, no necesariamente religiosa, salvo que uno entendiera lo religioso en un sentido muy amplio. Aquí no se habla de religión: la atención es la plegaria natural del alba. No es una actitud religiosa, sino de estar alerta y en contacto con lo más profundo del ser, que es lo que hacen todas las tradiciones de la sabiduría que han existido desde siempre”.

​bgpa

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